La carta de renuncia de David Figueroa
Esta vez quiero hablar de la carta que presentó David Figueroa Ortega para renunciar al PAN, luego de treinta y tantos años de militancia. Él dice que desde que tenía nueve años tuvo acercamientos con el partido gracias a que sus padres hacían reuniones en el patio de su casa, allá en Agua Prieta.
Pero ayer decidió llevar al Comité Directivo Estatal del PAN en Sonora una carta escrita por él mismo en la que se despoja de los sentimientos que tenía atorados, sobre todo aquellos que sirven para criticar y señalar.
Hay tres frases en la carta que quiero resaltar: “Hoy el PAN se encuentra alejado de todo lo que le dio origen, quedando en él, como resto fiel, una minoría ignorada por el autoritarismo y la soberbia”, “Ahora la verdad se confunde con deslealtad en Acción Nacional” y “Oídos sordos y un diálogo vanos, sin reconstrucción, han sido las respuestas constantes de sus dirigentes”.
Estas han sido las críticas más frecuentes en contra de quienes ahora mandan en el PAN, principalmente Ricardo Anaya, que parece estar empeñado en dividir al partido por alguna razón que no tardaremos en conocer. Y en Sonora los efectos se han sentido de inmediato con renuncias de importantes cuadros, como Gustavo de Unanue Galla y el mismo David Figueroa Ortega, quien asegura en su carta que se va profundamente agradecido con el PAN.
Y agrega: “Voy al reencuentro de ese origen de libertad y de justicia que tanto añoramos los panistas de corazón”.
Me gustaría creerle que su renuncia al partido obedece precisamente al autoritarismo y a la soberbia que, dice, existe en la dirigencia, y que esto no se trata de una simple maniobra para aparecer en la boleta electoral en 2018 porque entonces sería parte de lo que ahora critica. Supongo que él ya ha hecho este ejercicio de reflexión.
Yo siempre he dicho que si alguien no está a gusto con su trabajo o con sus ideales, debe hacerlos a un lado de manera inmediata y empezar algo nuevo, pero debe despojarse de todo. En la carta, David Figueroa dice que renuncia al partido, mas no a seguir practicando los valores y principios de éste. ¿Entonces qué caso tiene renunciar? Uno se despoja de todo, de manera absoluta, porque finalmente los valores los aprende uno en casa, con la familia completa, no en una institución política que se echa a perder tarde o temprano porque así es la política en México.
Ojalá que encuentre la libertad y la justicia que dice añorar tanto. Le ayudará sentirse mejor y tal vez así pueda presentarse ante los electores a pedirles el voto, como un hombre completo nuevamente.
*El autor es un comunicador originario de Sonora, becario de la Fundación Prensa y Democracia. Estudió Escritura Creativa en la Universidad Complutense de Madrid. Ha sido reportero, editor y director en periódicos, radios y medios digitales. Twitter: @quintero_javier