Anoche firmé para apoyar la candidatura independiente de María de Jesús Patricio, la indígena nahua de 53 años que representa al Concejo Nacional Indígena en este camino sinuoso y complicado rumbo a la Presidencia de México.

Lo hice porque creo en la fuerza de las comunidades indígenas del país, una fuerza que aunque ha estado guardada durante siglos, sigue presente en todos los que conforman los pueblos originarios de México, así que es necesario pasar del letargo a la acción.

Estoy convencido de que Marichuy ahora es una opción viable para visibilizar a los indígenas mexicanos y movilizarlos, sacarlos de la modorra en la que se han mantenido por voluntad propia o por estrategia gubernamental. Los indígenas, más de 15 millones, han sido doblegados y humillados, y sus luchas, olvidadas. Por eso es justo que se muestren de nuevo como una gran energía capaz de mover al país.

Firmé a favor de Marichuy porque no encabeza la politiquería barata de siempre y porque, de lograr la candidatura presidencial por la vía independiente, permitiría expresarse a los pueblos indígenas. Esto es básico, es volver a las raíces, es una oportunidad para decir “aquí estamos, vean de lo que somos capaces”.

¿Ganar una elección presidencial? No lo sé, pero tampoco lo dudo; sin embargo, el objetivo de visibilización está empezando a tomar forma y ahora en México ya saben que hay una mujer nacida en Tuxpan, Jalisco, que ha practicado la medicina tradicional y que es defensora de los derechos humanos. Es el inicio de algo más grande si alcanza a reunir las 866 mil 593 firmas necesarias para la candidatura independiente. Apenas lleva 25 mil.

*El autor es un comunicador originario de Sonora, becario de la Fundación Prensa y Democracia. Estudió Escritura Creativa en la Universidad Complutense de Madrid. Ha sido reportero, editor y director en periódicos, radios y medios digitales. Twitter: @quintero_javier