El padrecismo, del glamour comprado, a la barandilla
Es difícil precisar cuánto tiempo y cuántos esfuerzos le costará a los panistas sonorenses resarcir los daños que Guillermo Padrés, sus familiares y amigotes causaron a esa institución, antaño emblema de honestidad y luchas cívicas de resistencia civil y pacífica por las causas de la democracia.
No es un cebollazo. Todavía en los 80, el PAN era obligado referente en la defensa del voto y la construcción de instituciones como las que hoy tenemos, imperfectas, naturalmente, pero mucho más avanzadas que las de aquellos años del partido casi único.
No fueron pocas ni menores, las coincidencias del PAN con sectores importantes de la izquierda para avanzar en ese camino.
Pero Padrés asestó una cuchillada en medio del pecho del PAN sonorense, y el efecto de esa puñalada trapera alcanza el entorno nacional de su partido, donde sus dirigentes no encuentran cómo articular un discurso más o menos coherente para condenar cada nuevo descubrimiento de la depredación -hieleras incluidas-,sin que suene a deslinde.
Porque tampoco es cosa de deslindarse de tan generoso financiero, sin algún prurito vergonzante.
El espectáculo al que asistimos en estos días, de diligencias judiciales, detenciones, cateos a residencias de súbitos acaudalados ‘panistas’ que hace seis meses eran señores de horca y cuchillo, de mando inapelable en las acciones de gobierno y hoy son prófugos de la justicia, materia para el escarnio popular , el morbo y el refocilamiento de una sociedad erigida en Fuenteovejuna, deseosa de ver rodar cabezas y saciar su sed de venganza después de tantos abusos, excesos y cínicos desplantes de hipocresía y soberbia.
Los intocables de ayer son los pollitos en fuga del ahora. El prestigio social, comprado con el abundante flujo de dinero público, regresó a su condición original; las panorámicas sonrisas a plana completa en las páginas de sociales, son ahora muecas descompuestas en la sección policiaca.
Las lujosas residencias, los impresionantes automóviles, las grandes propiedades, ranchos, presas, caballos de registro han dejado de ser el certificado de pedigrí falsificado en cualquier calle de Santo Domingo, para pasar a la nada aristocrática condición de “bienes asegurados”.
Ayer, la Procuraduría estatal realizó un cateo en la casa de José Dagnino Acuña, hermano de la exprimera dama Iveth de los mismos apellidos; cuñado, por tanto, del gobernador Guillermo Padrés Elías y hermano de Roberto, al que se identifica como el pez más gordo de la familia, sobre el que se han tejido mil y una leyendas.
En el cateo aseguraron, además de documentación diversa, un par de vehículos de lujo: una camioneta Mercedez Benz cuyo costo linda el millón de pesos; un auto deportivo modificado de alrededor de 100 mil dólares y una motocicleta Harley Davidson también modificada.
La memoria registra a Roberto Dagnino montando esa máquina en febrero de 2013, dirigiendo el operativo en el que grupos de choque pagados por el gobierno de su cuñado, agredieron a golpes a participantes de una manifestación contra el cobro de la tenencia.
Días atrás, la policía cateó una residencia habilitada como oficina de Guillermo y Miguel Padrés Elías, a quien el gobernador presentó entre risas ruidosas como “el rico de la familia”, en aquellos días cuando aún tenía un coro de aduladores que le aplaudían y festejaban todo.
Ayer mismo hubo cateos en una residencia de Los Portales, en calle Covadonga 36, propiedad del contador y auditor (miembro del colegio de contadores), Wilfredo Tapia Maldonado. Otro en Cerrada de Minas 81, en la colonia Valle Bonito, una vivienda de un sector de clase media, donde vivía la familia Padrés-Dagnino antes de que Guillermo llegara a la gubernatura.
Un cateo más en la colonia Lomas del Pitic, al parecer propiedad de la familia de José Arístides López Moreno, el veterinario de la familia Padrés que fue capturado con una hielera en la que transportaba 3.5 millones de pesos en efectivo.
Hasta el momento, son siete las propiedades que han sido cateadas, desde que fue detenido el señor López Moreno, de quien reza la pícara popular, recibió una cachetada para que hablara y es hora de que le siguen dando miles a dos manos, para que se calle.
Los Padrés-Dagnino no sólo están en fuga, huyendo de la procuraduría estatal, de la General de la República y de la Fiscalía Anticorrupción. También están sintiendo el rigor de la soledad.
Muchos de sus amigos hoy se voltean hacia otro lado cuando les preguntan por ellos, no vaya a ser que en la quema, también los jalen a declarar, siendo que ellos también robaron, pero poquito, según dicen al mejor estilo de Layín, el alcalde de San Blas.
Guillermo Padrés se ha convertido en el innombrable para los panistas de Sonora, que además se preguntan con cierto sentimiento de culpa, cómo es que dejaron crecer a esa fauna de arribistas que se apropiaron del partido y lo convirtieron en la versión recargada de todo lo que odiaban del PRI.
Detenerle la pata a la vaca, mientras Padrés y su clica la mataban, políticamente les ha salido caro.
Sus arengas como oposición, con todo y que en algunos temas sean legítimas, se pierden en el vacío. Su voz está incompleta cuando pretenden hablar de transparencia, combate a la corrupción, buen gobierno y demás.
Tienen además, que lidiar con el reparto de culpas, los ajustes de cuentas internos; los proyectos personales de quienes realmente valoran la conveniencia de mantenerse leales a un padrecismo que pasó del glamour a la barandilla, o pintar su raya.
Eso ya está pasando. El voto de Carolina Lara a favor del dictamen de la ley de ingresos de Hermosillo, que incluye el incremento a la tarifa de agua potable abrió una grieta en la bancada del PAN, donde Padrés todavía controla el voto de algunos diputados, pero no de todos.
El otro gran tema en el Congreso es la aprobación del paquete económico 2016 para el estado, donde los panistas ya decidieron aprobarlo en lo general, aunque aún mantienen su negativa a contratar más deuda.
Ese es un debate que habrá de desarrollarse en estos días, y habrá que estar pendientes de su evolución.
Hay una evidente intención, ya manifestada en redes sociales, para hacer cera y pabilo de la diputada Lara Moreno. Viene del ala dura del padrecismo, la que menos defensa tiene.
Y con un padrecismo resquebrajado, frente a la emergencia de un panismo que busca reencontrar el camino, irse a la yugular de la diputada puede ser otro lance suicida para los padrecistas en fuga.
Es decir, podría contribuir a que al menos otro diputado del PAN pintara su raya respecto a los métodos salvajes de quienes hoy se encuentran entre la espada del escarnio popular y la pared de las órdenes de aprehensión.
Eso dejaría al PAN totalmente desarmado, perdido en arengas que olvidaron en los últimos seis años, acerca de la defensa de la economía popular, las causas sociales, la transparencia y la democracia, demasiado empolvadas después de un gobierno que anda como el Canaca y su “me quieren amarrar como puerco, oiga”.
Vienen días duros para los panistas este fin de año.
II
Cada vez se pone más interesante la contienda por la sucesión en la presidencia de la Unión Ganadera Regional, pues si el fin de semana pasado Héctor Platt envió un mensaje de fuerza desde Banámichi, Manuel Montaño hizo lo propio al reunirse con lo más granado del sector.
En días pasados hubo un encuentro en el que Montaño fue acuerpado por ganaderos de renombre entre los que se cuentan: Fausto BayRogel, Juan Carlos Díaz Quintanar, Edmundo Astiazarán Estrella, Gilberto Salazar Escoboza, Vicente Contreras Pavlovich, José Óscar Mazón Rubio, Agustín Hurtado Aguayo, Agustín Hurtado Escalante, Samuel Fraijo Flores, Francisco, Arturo Lizárraga Murguía, Manuel Félix Robelo, Rolando Tavares Ibarra, Daniel Baranzini Hurtado, Juan Carlos Aldana Martínez, Armando Montaño Maldonado, Ramón Heberto Paz Córdova, César Chávez Hernández, Carlos Soto Durazo, Sergio Durazo Valenzuela, Edmundo Astiazarán Lhor, Guillermo Camou Arriola, Roberto Ibarrola Elías yAlberto Mazón Santamaría, entre otros.
Lo interesante de este encuentro es que Montaño Maldonado expresó que la contienda se llevará a cabo en un ambiente de equidad y de ‘piso parejo’ y sin dados cargados, eso aludiendo a la percepción que desde el equipo de Platt se quiere enviar en el sentido de que cuenta con el apoyo del Estado.
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