Por Arturo Soto Munguía

Esta semana continuará la pasarela de comparecientes ante la Fiscalía Especial Anticorrupción, en ese largo proceso que comienza a desesperar a una buena parte del respetable, que exige ver ya gente tras las rejas, sin detenerse a pensar mucho en los procedimientos legales, que llevan más tiempo si se quiere obtener resultados inapelables.

 

Los servicios de inteligencia de El Zancudo detectaron la lista de quienes habrán de caminar por la pasarela de la barandilla en los próximos días, y el contingente está encabezado por el ex secretario de Gobierno, Roberto Romero López, que ya tuvo un primer encuentro con la Fiscalía, del que salió muy sonriente (si a esa mueca nerviosa se le puede llamar sonrisa) diciendo que tiene las manos limpias, que está dedicado a sus negocios y que de esos negocios, algunos andan bien y algunos andan mal.

 

Otro que repetirá en las comparecencias es el titular de la Oficina del Ejecutivo, John Swanson Moreno que entre otras cosas está involucrado en algunos casos de extorsión y exigencia de ‘moches’ a proveedores de la administración padrecista, que fueron denunciados por Rolando Valenzuela, empresario que incluso protagonizó un plantón en Palacio de Gobierno para exigir el pago de sus servicios, recibiendo un sonoro “no hay y háganle como quieran”, por parte del Tesorero Mario Cuen. Swanson también está involucrado en otro asunto relacionado con el megaproyecto Home Port de Puerto Peñasco.

 

Por cierto, Mario Cuen también se encuentra en la lista de los que comparecerán esta semana. Del ex tesorero se dice que es uno de los que mayores posibilidades tiene de ‘pisar bote’, debido a la gran cantidad de huellas dactilares suyas que aparecen en casi todas las trácalas del ex nuevo sonora.

 

Junto a John Swanson, aparece también en los citatorios de esta semana, Luis Erasmo Terán Balaguer, quien terminara la administración padrecista como Secretario Técnico del gabinete, relevando en ese cargo a Roberto Romero. Antes, Terán Balaguer había sido el jefe de la Oficina del Ejecutivo.

 

Terán Balaguer acredita militancia en el PAN desde 1979, aunque nunca había ocupado cargos públicos, al menos de relevancia, dedicado como estaba a la actividad empresarial como fayuquero de ropa.

 

Este hombre fue el encargado de operar el proyecto que relanzaría la honestidad y la moral de la administración pública, a partir de la contratación del padre Tomás Herrera Seco, a quien le inventaron la Dirección General de Profesionalización de los Servidores Públicos, para instruir desde allí a los padrecistas para que se condujeran siempre por la senda de la honestidad y la observancia de los valores éticos y morales que el Señor manda.

 

Claro, como la primera instrucción que recibió fue que ‘El Señor’ era Guillermo Padrés, pues ya se imaginarán las fieles lectoras, los persignados lectores, por qué el pasado sexenio acabó como acabó.

 

Agendo, para la próxima vez que vea a la gobernadora Claudia Pavlovich Arellano, una pregunta acerca de lo que tienen contemplado hacer con esa Dirección General, no vaya a ser que en esa dinámica de mantener en los cargos a renombrados padrecistas, también siga cobrando el ‘padre’ Tomás Herrera, dando clases de moral, buenas costumbres y mejores relaciones para salir bien librado de acusaciones de pederastia.

 

Uno más que será llamado a la Fiscalía Especial Anticorrupción es el que terminara el sexenio padrecista como director del Transporte, en sustitución de Prisciliano Meléndrez, que fue llamado a ocupar la secretaría de Gobierno cuando Roberto Romero López renunció esperanzado en que los votos del PAN alcanzarían para llevarlo a San Lázaro como diputado federal plurinominal, lo cual no ocurrió.

 

Hasta aquí, la lista de los que desfilarán esta semana por la oficina de Odracir Espinoza, el fiscal anticorrupción, que tiene mucha chamba enfrente.

 

Ah, antes de que se me pase, hay un par de personajes que no han sido llamados a la Fiscalía, pero que ya acumulan algunos kilitos en sus expedientes. Se apellidan Dagnino y uno de ellos, Roberto, que no ocupaba cargo público alguno, pero ejerció más poder que cualquiera no está en la mira de Odracir, sino de la PGR. El otro, Javier, hoy es diputado local y puede convertirse en el primer caso de desafuero en Sonora. Vamos a esperar cómo evolucionan estos asuntos.

 

II

 

Reportan con serias escoriaciones en la región glútea y partes intermedias a varios operadores de redes sociales de la pasada administración estatal, mejor conocidos como ‘Memozombies’, que todavía no se explican cómo un solo evento los borró de las redes sociales con una facilidad tal, que parecería que estaban usando las escobas de 600 pesos que compró la Secretaría de Seguridad Pública en la pasada administración.

 

El sábado anterior se llevó a cabo la jornada conocida como “Barriendo Sonora”, una iniciativa del secretario de Educación y Cultura, Ernesto de Lucas Hopkins, que reunió a más de mil personas que, escoba en mano, limpiaron calles y banquetas, con lo que establecieron un nuevo Récord Guiness en la materia.

 

Esa actividad inundó las redes sociales y la colocó como TrendingTopic en unas cuantas horas, lo cual para algunos puede parecer irrelevante, pero entre los Memozombies fue como una cataplasma de chiltepín en la parte final del intestino grueso. No se explican cómo es que ya no pueden posicionar ningún tema en redes sociales, si continúan siguiendo las enseñanzas de su gurú, el Chivo Javier Alcaraz, que hasta la fecha no le entiende al tema.

 

Les queda, claro, la opción de pataleo y el chillido, pero eso, ya sin el aparato de gobierno a su servicio, los confina a descubrirse en su infinita mediocridad y su lamentable condición de receptáculos de todos los escupitajos.

 

Así como el PRI quedó, en 2009 noqueado y en la lona, así anda el PAN por estos días, seis años después. Los panistas, panistas, deben saber, ya lo están procesando, la conveniencia de seguir haciendo presencia como partido, a partir de esos ‘memozombies’, los mismos que le ayudaron al PRI, seis años después, a proyectar un gobierno como el de Padrés, cuyos humores fétidos apenas están arrojando pistas sobre la mierda que fueron.

 

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