Por Arturo Soto Munguía

Antes de llegar al pleno del Congreso del Estado, el tema del agua en Hermosillo tendrá que pasar por la Comisión de Presupuestos y Asuntos Municipales, donde se discutirá el dictamen correspondiente.

 

Esa comisión la preside la diputada del PAN, Carolina Lara, que sin duda será una pieza clave en este que parece ser el debate más importante del año en la actual legislatura, pues en él subyace la oportunidad de tomar por los cuernos al toro de un tema en el que desde hace muchos años se ha venido ‘pateando el bote’, postergando soluciones definitivas en aras de no entrar en conflicto con una sociedad a la que desde luego, no se le da mucho eso de pagar más.

 

En descargo, habría que precisar: más que el desembolso, lo que le duele a la ciudadanía es observar cómo ese dinero que paga por el servicio, no se traduce en mejoras al mismo y, al contrario, lo que se ve por todos lados son fugas por las que escapa el 40 por ciento del agua potable; favoritismos hacia grandes deudores y en general, políticas públicas concretas y eficientes para medir el consumo y cobrarlo, sin contar el sistemático endeudamiento del organismo operador, que hoy tiene una cartera vencida de más de mil 500 millones de pesos, por ejemplo.

 

Políticamente, resulta redituable oponerse a un alza en el costo de ese derecho, y para el PAN, que viene de una elección en la que fue derrotado no sólo por clavarle la uña al ciudadano con el alza en todos los impuestos, derechos y servicios, sino por su tremenda cachaza a la hora de embolsarse todo lo que obtuvieron de esas alzas y aún más, la oposición al incremento tarifario es una de las pocas banderas que suponen, les puede reposicionar en el ánimo ciudadano.

 

Es una apuesta, sin embargo, hecha en lo abstracto, sin considerar que el PAN está tocado de gravedad por la desastrosa administración de Guillermo Padrés, y su credibilidad equivale prácticamente a cero. Nadie les compra su posición de defensores de las causas ciudadanas, cuando durante seis años se dedicaron a madrear a la gente, metafórica y literalmente hablando.

 

Por el lado del gobierno municipal que encabeza Maloro Acosta, las cosas tampoco son sencillas. El tema del agua tendría que venir acompañado de programas muy concretos y de resultados inmediatos para el saneamiento financiero del organismo operador; para que la rehabilitación de la red comience a ser una realidad tangible -como ya lo es la reparación de vialidades, hay que decirlo-, y de eficiencia administrativa que se refleje en la medición y la cobranza, por ejemplo.

 

Pero decíamos que el dictamen que llegará al pleno tendría que pasar primero por la Comisión de Presupuestos y Asuntos Municipales, donde participan tres panistas más: Angélica Payán, Lina Acosta y Ramón Antonio Díaz Nieblas. También tres priistas: Rodrigo Acuña Arredondo, Rafael Buelna Clark y José Luis Castillo.

 

Así, el voto de calidad lo tiene Carolina Lara, una panista que conoce el tema por haber estado a cargo de las finanzas del organismo operador, y que sostiene que hay que tomar medidas responsables y con visión de futuro, para lo cual se encuentra preparando una propuesta que valida el incremento, condicionándolo a la ejecución de otras políticas que eficienten el servicio.

 

Carolina Lara puede votar en contra del incremento en la Comisión e incluso en el pleno, pero de cualquier forma se impondría la mayoría del PRI y sus aliados. Sin embargo ella sostiene que se tienen que buscar puntos de equilibrio y no tomar decisiones irresponsables al amparo de consignas partidistas. Pensar en los ciudadanos antes que en el interés coyuntural de los partidos.

 

Es posible que para el 15 de diciembre, la Comisión vote el dictamen respectivo. El plazo para aprobar leyes de ingresos y presupuestos de egresos (estatal y municipales) es el 31 de diciembre, aunque se prevé que no se llegue a ese día sin tomar una decisión.

 

Luego entonces en los días por venir asistiremos a una escalada en la oposición, señaladamente del PAN y su coyuntural aliado del Movimiento Ciudadano, que puede diluirse en la dinámica de estas fechas, cuando todo mundo se prepara para comenzar el puente Guadalupe-Reyes.

                                      

Por otro lado, el gobierno municipal tiene ante sí la nada desestimable tarea de convencer a los ciudadanos que la medicina es amarga, pero necesaria; una cucharada que no pasa si no es acompañada de acciones muy concretas para demostrar que esa vieja receta ahora sí dará resultados.

 

Veremos qué pasa.

 

II

 

Ayer por la mañana visitamos cuatro de las cinco canchas de futbol licitadas de última hora por la anterior administración de Codeson, para su ‘construcción’.

 

Tal ‘construcción’ consiste, según nos explicó el responsable de la obra en una de ellas, y al que no citaremos por su nombre ni el lugar por aquello de que eso le acarree algún problema, en la instalación del pasto sintético, lo cual incluye un pequeño murete a ras de suelo alrededor de las mismas.

 

Para empezar, no son canchas de futbol, sino de futbol rápido, lo cual implica que sus medidas en algunos casos apenas llegan a 20 por 30 metros. Las obras deberán entregarse el 14 de diciembre, pero al menos una de ellas, la de la escuela Juan Ruiz Durazo, ubicada en Reyes y Rebeico sólo tiene el murete circundante y sigue siendo un llano de tierra.

 

Otras ya tienen el pasto sintético, aunque carecen de porterías y los niños usan conos de señalización vial para marcar el área de gol. Por cierto, también averiguamos los costos de instalación del pasto sintético y las cuentas no salen. Esas canchas no llegan ni a la mitad del costo al que fueron presupuestadas.

 

Lo que sí pasó, es que se comunicaron a este espacio otros proveedores de Codeson para explicarnos casos en los que fueron maltratados por las autoridades del sexenio pasado, sacándolos mañosamente de las licitaciones o en el peor de los casos, ‘haciéndoles tablas’ las deudas por licitaciones ganadas. En fin, seguramente se verán más sorpresas que, lamentablemente, no alcanzan para que la Contraloría de Miguel Ángel Murillo se digne a echar un ojo al cochinero que dejaron en esa dependencia.

 

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