Meade tiene que ser más ciudadano y menos priista
La caída del precandidato de la coalición PRI-Verde-Panal, José Antonio Meade, en las preferencias de los votantes, que arrojan las recientes encuestas levantadas para cerrar las precampañas, tiene alarmado a todo el priismo a nivel nacional.
La preocupación es más notoria en los ocupantes de altos cargos en el gobierno del presidente Enrique peña Nieto.
En corto intercambian entre ellos comentarios, análisis y vaticinios francamente derrotistas, y más que por cómo le pueda ir al país, su preocupación es por la inminente pérdida de su chamba.
Por más que analizan y tratan de ser optimistas y de pintar escenarios positivos, que más bien parecen sueños, las cuentas no les alcanzan para un posible triunfo priista.
Ya se murmura que más priistas van a abandonar las filas de su partido para refugiarse en MORENA y algunos inclusive para pasarse al PAN. Todo es posible.
Lo más grave para el tricolor es que hasta el departamento de inteligencia del gobierno de Estados Unidos ya anticipó la derrota del PRI el 1 de julio.
Y empiezan a trascender historias de reuniones privadas de la cúpula empresarial de México, así como evaluaciones que ellos hacen, donde ven como causa perdida la candidatura de Meade. Pero como no simpatizan con López Obrador, están valorando apoyar la candidatura de Ricardo Anaya.
El destape, la precampaña y lo que va de intercampañas, han sido aprovechados por el PRI para venderle al electorado mexicano la imagen de un José Antonio Meade honesto, íntegro, con la capacidad y la experiencia para gobernar al país y conducir un cambio con rumbo.
Sin embargo, a juzgar por los resultados de las encuestas, todas esas bondades de Meade, que son innegables, han servido de poco ante los lastres que carga sobre sus espaldas, como son la corrupción y los actos de impunidad ligados al tricolor y a sus gobernadores.
Y es que el ciudadano Meade dejó de ser ciudadano y se convirtió en priista, asumiendo todo lo que ello implique.
La campaña de Meade tiene que dar un golpe de timón y debe quedar marcado desde el momento en que la Convención Nacional lo elija como su candidato oficial el próximo domingo 18 de febrero.
El discurso que pronunciará Meade el domingo, dará luz de lo que vendrá y del cambio de estrategia.
Si el PRI y EPN quieren que Meade despegue y empiece a acortar distancias, tendrán que apechugar y resistir una fuerte estrategia de deslinde del ciudadano Meade, de todo lo que representa la corrupción y la inseguridad que distinguen a este sexenio.
Es la única manera y tienen que hacerlo ya, porque López Obrador se afianza más en el primer lugar y Anaya sigue ganando terreno como segundo.
En la etapa de intercampañas que inició el lunes 12 de febrero, mientras los cuartos de guerra de López Obrador y de Ricardo Anaya permanecen tranquilos, del “war room” de Meade están saliendo a medios a diario, en todos los programas posibles de radio y televisión, con entrevistas que han servido de continuación de las precampañas, donde no paran de atacar a López Obrador y a Anaya.
Es muy notoria su preocupación, no les queda de otra, harán todo lo necesario para tratar de revertir la tendencia a la baja que registra la candidatura de Meade.
En las entrevistas que han dado durante esta semana Aurelio Nuño y Enrique Ochoa Reza, empiezan a hablar acerca de la necesidad de señalar cuando algo no está bien en materia de paz social, de seguridad, es decir, deberán entrarle a la autocrítica y el reto es hacerlo de manera convincente, porque si no es así, de nada les servirá.
También hemos podido ver a un Enrique Ochoa Reza que sigue haciendo declaraciones que en nada le ayudan a su candidato presidencial, como eso de asegurar que va a ganar con un 40 por ciento de los votos. ¿En qué estudio se basa?, ¿acaso no revisa las encuestas serias que se publican?
Y ayer jueves se aventó otra buena. El líder nacional del PRI se atrevió a asegurar que “la violencia en contra de los precandidatos y de algunos políticos se ha incrementado más del doble desde el momento en que López propuso como idea darle una amnistía a los narcotraficantes y a los criminales”.
Eso no se lo creen ni ellos. Y así, no le van a ayudar a su candidato Meade.
El PRI, el presidente EPN y José Antonio Meade, están en serios aprietos. Deberán empezar a hacer algo muy distinto a lo que han hecho hasta ahora para levantar esa campaña presidencial.
Mirna Rea dará la pelea en Hermosillo
El día de ayer, jueves, se registró la empresaria Mirna Rea como candidata del PAN a la Presidencia Municipal de Hermosillo, y se perfila como una buena decisión de los blanquiazules para esa posición.
Mirna Rea es una persona muy reconocida en la capital sonorense y será un hueso duro de roer para el virtual candidato del PRI, Ernesto de Lucas Hopkins. Ambos partidos tienen un muy fuerte porcentaje de voto duro en Hermosillo.
La señora Rea también deberá estar preparada para hacer frente a la violencia política de la que será objeto durante las campañas.
El destino de “Toño” Astiazarán
El culebrón de telenovela en que se ha convertido el asunto de si se va o no se va del PRI Antonio “Toño” Astiazarán, llega a su fin este viernes 16 de febrero.
Se acallarán los rumores que ayer llegaron a su punto más álgido en redes sociales, respecto a la decisión que hará pública el “Toño”, una vez que por instrucciones de Manlio Fabio Beltrones se le cerró el paso rumbo a la candidatura al Senado y en su lugar el moreno de Villa Juárez ungió al Maloro Acosta.
Quienes se consideran sus amigos y lo conocen, aseguran que el “Toño” le seguirá siendo leal al PRI, que permanecerá en sus filas en espera de otra oportunidad, como lo hizo Ernesto “El Borrego” Gándara, quien en 2015, siendo número uno indiscutible y por amplio margen en las encuestas, fue sentado, se disciplinó y por órdenes de Manlio la candidata resultó ser Claudia Pavlovich.
Sólo que esta vez tanto el “Borrego” como el “Toño” deben tomar en cuenta que Manlio seguirá mandando en Sonora, los seguirá bloqueando y en el 2021 volverá a imponer a su hija Sylvana Beltrones, ahora como candidata a la gubernatura.
Además, si como las encuestas indican el PRI perderá la Presidencia de la República y las ocho gubernaturas que se juegan este año, ¿qué más le queda al “Toño” por hacer en el tricolor?
Quien esto escribe no podría saber si el “Toño” permanecerá en el tricolor; pero a la luz de lo antes expuesto, no descartaría que este viernes anuncie que se va.
Hasta la próxima, cuídense y sean felices.
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