Washington, EU a 01 de febrero de 2012.- Mitt Romney, aspirante a la candidatura del Partido Republicano a la presidencia de Estados Unidos, se alzó ayer con una arrolladora victoria en las primarias de Florida, recuperando su liderazgo en una contienda que aún se antoja larga. Su triunfo (con 47% de los votos) sobre la insurgencia conservadora que encabeza Newt Gingrich (con 32%), no ha sido fácil, ni poco costosa, y podría pasarle factura durante los próximos meses.

“Gracias por esta gran victoria Florida”, dijo Romney en medio de un apretado auditorio de simpatizantes que festejaron su victoria desde sus cuarteles en el estado del sol.

“Cuando regresemos a Tampa para nuestra convención (en agosto próximo), el nuestro será un partido unido y en pos de la presidencia”, dijo. “Hágase a un lado”, dijo Romney a Obama, al declararse listo para liderar al Partido Republicano y tomar las riendas de la nación.

La victoria del ex gobernador de Massachusetts se perfilaba desde muy temprana hora y cuando el recuento de los votos apenas rebasaba el 1%. Con el discurrir de las horas, la abrumadora victoria de Romney se convertía en titular de noticias y caía como un mazazo sobre la campaña de Gingrich, situación que promete una intensa batalla en los más de 40 estados que todavía están en disputa. Aún sin descifrar todas las claves de la victoria de Romney en Florida, la mayoría de los analistas coincidía ayer en señalar que las cualidades del ex gobernador de Massachusetts como un empresario eficaz podrían haber sido el factor decisivo en un estado que hoy sufre los peores efectos de la debacle económica, como el desempleo (10%) y la crisis inmobiliaria que ha castigado a amplios sectores de la población.

Con el apoyo del Tea Party

Además, uno de los factores del triunfo de Romney parece haber sido el apoyo del movimiento del Tea Party que, según las primeras encuestas realizadas a pie de casilla, se volcó en una relación de dos a uno a su favor por considerarle como la mejor opción para derrotar a Barack Obama en noviembre próximo y para recomponer la maltrecha situación de la economía.

La victoria de Romney le ha permitido recuperarse de la dolorosa derrota en Carolina del Sur, donde un envalentonado Gingrich consiguió arrebatarle el voto y la bolsa de 25 delegados en juego.

Tras su demostración de fuerza en Florida, Romney se ha hecho con el apoyo de los 50 delegados en juego. De los 2 mil 886 delegados a nivel nacional, el ungido del Partido Republicano tendrá que reunir el apoyo mínimo de mil 144 para proclamar victoria en agosto próximo.

Una de las claves que han permitido el retorno triunfal de Romney en Florida ha sido su cambio de tono en los debates y su millonaria inversión en una campaña que ha sepultado literalmente las posibilidades de Gingrich. Tras una noche de festejo, en uno de los estados que suelen marcar tendencias en el tablero de las elecciones generales, la campaña de Romney enfilaba sus ejércitos hacia Nevada, donde los sondeos le auguran una victoria el 4 de febrero.