Aeroméxico se acoge a ley de bancarrota en EUA
Aeroméxico informó que inició un proceso voluntario de reestructura financiera bajo el Capítulo 11 del Código de Bancarrota de Estados Unidos para fortalecer su posición financiera y liquidez, el cual se llevará a cabo mientras continúa operando de manera normal.
En un comunicado enviado a la Bolsa Mexicana de Valores, la aerolínea informó que utilizará las ventajas del capítulo 11 para proteger y preservar sus operaciones y activos, así como para implementar los ajustes operativos necesarios para hacer frente al impacto de la pandemia de COVID-19 en los flujos de pasajeros.
“Con el proceso de reestructura del Capítulo 11 fortaleceremos nuestra posición financiera e incrementaremos nuestra liquidez, creando al mismo tiempo una plataforma sustentable que nos permita transitar con éxito la actual incertidumbre económica global”, comentó Andrés Conesa, director general de Aeroméxico, citado en el comunicado.
Durante este proceso, la compañía continuará contratando a sus proveedores los bienes y servicios requeridos para su operación ordinaria, y señaló que se encuentra en conversaciones para obtener un nuevo financiamiento preferencial para la compañía, conocido como DIP financing.
“Aeroméxico confía en que finalizará los compromisos formales para el financiamiento DIP que, junto con el efectivo disponible de la compañía y sujeto a la aprobación de la corte competente del Capítulo 11, proporcionará suficiente liquidez para cumplir con sus obligaciones futuras en forma oportuna y ordenada”, indica el documento.
“Nuestra industria enfrenta desafíos sin precedentes derivado de una significativa reducción en la demanda de pasajeros a nivel global, por lo que estamos comprometidos en adoptar las medidas necesarias para operar de manera continua y eficiente en esta nueva realidad, y con ello estar mejor preparados para un futuro exitoso durante y después de la pandemia”, agregó Conesa en el documento.
La compañía recientemente obtuvo un financiamiento de parte de la sociedad de inversiones Aimia –operadora de su programa de lealtad Club Premier– por 100 millones de dólares para mantenerse operativa, y a finales de mayo anunció que colocaría 400 millones de pesos en deuda.
La aerolínea viene de un año negro que inició en marzo de 2019, cuando tuvo que sacar de operaciones a seis aviones 737 MAX, luego de que estos modelos de aeronave estuvieran involucrados en dos accidentes donde fallecieron 346 personas en Etiopía e Indonesia.
Desde entonces los aviones estuvieron en tierra y le provocaron pérdidas por 2,369 millones de pesos durante 2019.
A partir de la pandemia de COVID-19, sus flujos de pasajeros cayeron más de 41% en marzo, cerrando el trimestre con pérdidas por 2,369 millones de pesos. El desplome de los usuarios se profundizó hasta -91% en abril y -92% en mayo.
Las previsiones de analistas y calificadoras ya advertían de la vulnerabilidad de la compañía ante la proporción de viajeros internacionales, 37% del total en 2019, muy por debajo del 18% que concentra Volaris, compañía que le rebasó por número de usuarios el año pasado por primera vez en su historia.
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