El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró hoy que no existen evidencias de que el responsable de la matanza en Orlando haya sido dirigido desde el exterior o formado parte de un mayor complot por parte del grupo terrorista Estado Islámico.

El mandatario condenó la “horrenda matanza” de 50 personas en un club nocturno de Orlando, Florida, y sostuvo que se trató tanto de un “acto de terror”, como de un “acto de odio”.

Además deploró lo que calificó como el más letal tiroteo masivo en la historia de Estados Unidos.

Autoridades estadunidenses revelaron que el atacante Omar Saddiqui Mateen, de 29 años y nacido en Nueva York de padres afganos, juró alianza al Estado Islámico (EI) durante una llamada al número de emergencias 911 mientras mantenía como rehenes a asistentes al club.

Saddiqui Mateen, quien fue muerto por la policía para poner fin al ataque, era residente de Florida y trabajaba para la empresa G4S Security Solutions, quien tiene contratos con el gobierno estadunidense.

En un comunicado, la firma confirmó que trabajó allí desde el 10 de septiembre de 2005 y que los directivos y empleados están cooperando con el FBI en la investigación.

El incidente coincide con las celebraciones del Ramadán, el noveno mes del calendario islámico que conmemora la develación del Corán al profeta Mahoma y que es observado por la comunidad musulmana como un periodo de ayuno en todo el mundo.

Obama determinó que las banderas estadunidenses en la Casa Blanca, así como en todos los edificios públicos, embajadas y consulados de Estados Unidos, ondeen a media asta en señal de duelo desde ayer domingo y hasta el próximo jueves.