La justicia de Texas ejecutó este miércoles mediante inyección letal al mexicano Ramiro Hernández Llanas, declarado culpable del homicidio de un profesor universitario en 1997.

Hernández, de 44 años y originario de Laredo, fue sentenciado en febrero de 2000 por la muerte de Glen Linch y la violación de la esposa de éste en un rancho texano, según figura en la ficha del Departamento de Justicia Criminal de Texas.

La inyección letal le fue suministrada y su muerte fue declarada a las 18:28 horas (16:28, tiempo de Sonora).

Este mexicano se convirtió en el décimo mexicano en ser ejecutado en Estados Unidos desde 1942, cuando se reinstauró la pena de muerte.
Nueve de esas ejecuciones han sido efectuadas en Texas, con excepción de la de Benjamín Mario Murphy, ocurrida el 17 de septiembre de 1996 en Virginia.

La defensa de Hernández Llanas apeló sin éxito a su discapacidad intelectual, al incumplimiento parcial de sus derechos como ciudadano extranjero y, en las últimas semanas, al cambio de proveedor de los fármacos para la inyección letal en Texas.

Ramiro tiene ocho hermanos y seis de ellos lo visitaron en los últimos días antes de la ejecución. Algunos viven en Estados Unidos y otros en México.

"Estos días hemos estado conviviendo juntos, llorando, riendo, compartiendo lo que él nos ha transmitido", dijo Adela, una de sus hermanas.
Afuera de la prisión de Huntsville, Texas, un grupo de ciudadanos protestó para que cesen las ejecuciones de reos condenados.