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Mircoles, 27 de Noviembre de 2024
Internacional   -   Octubre 4, 2013

La mujer abatida en el Capitolio sufría esquizofrenia y depresión postparto

el chiltepin

La policía ha identificado a la mujer abatida el jueves por la tarde en las inmediaciones del Capitolio de EEUU como Miriam Carey, mujer negra de 34 años, residente en Stamford, Connecticut, y que trabajaba como higienista dental. Los agentes del orden que han registrado la vivienda de la joven han encontrado medicinas a su nombre para el tratamiento de la esquizofrenia y la depresión postparto. Según ha declarado la madre de la víctima, su hija sufría de esta última enfermedad tras dar a luz el año pasado. En el interior del vehículo que protagonizó una espectacular persecución por una de las principales arterias de Washington viajaba en el asiento trasero la hija de la mujer fallecida, una niña de un año que se encuentra bajo la custodia de los servicios sociales.

 

El jefe del Servicio Secreto, Ed Donovan, confirmaba tras el suceso en rueda de prensa que la mujer que provocó la persecución entre la Casa Blanca y el Congreso de Estados Unidos atentó contra la seguridad de la residencia oficial del presidente. La mujer ha fallecido tras ser abatida por la policía del Congreso. Tanto la jefa de la policía metropolitana, Cathy Lanier, como el jefe de la policía del Capitolio, Kim Dine, coincidieron en que no creían que se tratara de un simple accidente. 

 

Descartado poco antes el móvil terrorista por el jefe Dine, el responsable del Servicio Secreto fue cuestionado al mismo respecto por la prensa. Preguntado por si no manejaba la posibilidad de que todo se tratara de "un simple accidente" respondió: "no, la seguridad de la Casa Blanca había sido violada".

 

El Capitolio de Estados Unidos fue puesto en alerta pasadas las dos y cuarto de la tarde (hora local) y sus ocupantes obligados a refugiarse en habitaciones alejadas de las ventanas después de que se produjera un tiroteo en las inmediaciones del Congreso. El suceso comenzó frente a la Casa Blanca, cuando un coche negro conducido por una mujer chocó o arremetió –según las fuentes- contra una de las zonas protegidas por bolardos de la zona sur de la Casa Blanca, entre la Calle 15 y la Avenida Pensilvania.

 

El Servicio Secreto que protege al presidente y su entorno dio el alto al vehículo, que inició una huida desesperada en dirección al Capitolio, a menos de tres kilómetros de distancia de la Casa Blanca. Los agentes del orden persiguieron al coche hasta las inmediaciones del Congreso, donde paró por unos instantes y fue acorralado por agentes de distintos cuerpos.

 

Pero a pesar de que las fuerzas del orden daban el alto a la mujer que se encontraba dentro del auto –la niña de año y media seguía en el interior-, esta se dio de nuevo a la fuga, como muestran los vídeos aportados por los viandantes que estaban en la zona. El coche no paró hasta que chocó contra una caseta de los guardas de seguridad del Congreso. En el proceso, un agente del orden resultó herido pero no corre peligro, está consciente y respira por sí mismo, dijo el jefe de la policía del Capitolio.

 

Los hechos se sucedían mientras la Cámara de Representantes votaba una de las partes de la ley que se debe de someter a votación para aprobar el presupuesto y poner fin al cierre de la Administración, que hoy jueves ha entrado en su tercer día. El hecho de que Washington viva bajo una gran tensión política y que hace dos semanas se produjera el último tiroteo de masas vivido en EEUU a poca distancia del Capitolio –en el Mando de Operaciones de la Armada- hizo pensar en un atentado.

 

El jefe de la policía del Congreso, Kim Dine, descartó tal posibilidad. “No tenemos evidencia de que esto sea terrorismo o algo diferente a un incidente aisaldo”, ha dicho en una improvisada rueda de prensa poco después de iniciado el suceso, sobre las 2.15 de la tarde hora local.

 

El presidente ha sido informado al minuto y la Casa Blanca fue puesta bajo un cierre semiparcial. La presencia policias se hizo muy intensa y varias horas después de concluido el hecho seguía habiendo muchas patrullas en las inmediaciones de Capitol Hill.

 

Las fuerzas del orden confirmaban que la mujer que conducía el coche no efectuó ningún disparo. La policía usó sus armas en entre cinco y diez ocasiones, según los testigos, acabando con la vida de la sospechosa.