Negar la realidad…
En Palacio Nacional, otrora hogar de Hernán Cortes y Porfirio Díaz, hoy sede de la Santa Inquisición,como cada mañana se lleva a cabo la homilía del señor, El Ayatola, de una feligresía cada vez más convencidas de un Méxicoque solo ellos veny, cada vez más violentos al defender a su mesías; hoy, ya nada es igual, es “su verdad” ante la realidad.
En mis recorridos diarios por el centro de la ciudad, Hermosillo, he conocido muchas personas, la mayoría adultos mayores, que un día platicaban de sus recuerdos de juventud, que añoraban aquellos tiempos de paz y tranquilidad; de cuando se podía dormir en los veranos, sobre un catre puesto en la banqueta de su casa; de cuando sus hijos adolescentes caminaban por la noche de regreso a su casa sanos y salvo; de cuando los vecinos se saludabanamablemente y, en muchas ocasiones compartían el pan y la sal; de cuando la política era algo que solo sucedía cada tres o seis años.
Decían mis amigos, los viejos, que hemos visto como este pueblo grande se ha ido transformando en una ciudad que cada día pierde el encanto de vivir en paz, en armonía, a pesar de su “modernización” y grandes avances tecnológicos.
Solo han pasado seis años, de los trecientos de su fundación.
Solo seis años para ver como un territorio, una región, un país entero se ha dividido en “castas” que “luchan” por algo que nunca, jamás tendremos acceso: el poder.
Cada día, que me encuentro a esas personas que durante muchos años nos saludábamos con alegría y, sobre todo con respeto; hoy, llegan a insultarme por el solo hecho de pensar diferente al Ayatola; todo sus “argumentos” los basan en los dineros que recogen cada dos meses. Ese es su argumento, no más.
Dicen que es la primera vez que un presidente los toman en cuenta. Falso, no se dan cuenta que son manipulados por unas dadivas que salen de los impuestos que pagan los hombres y mujeres que trabajan; sí, de esos que son llamados “aspiracionistas” que buscan una vida mejor para su familia, incluso en la suya propia.
Siempre culpando al pasado, básicamente a Calderón; pero se les olvida que vivíamos en paz.
Pero la mentira más grande del Ayatola que dijo en su pulpito de su Santa Inquisición es-en referencia a los encapuchados que pararon el convoy donde iba la candidata de AMLO en Chiapas-:
“Es muy probable que sea un montaje. ¿Encapuchados, si alguien tiene una denuncia para que se va a encapuchar? Todos los que andábamos por los caminos de México nos paran, nos entregan sus escritos, se quejan, hay reclamos cuando no son atendidos… Están muy desesperados, no seque están viendo”. Lo dijo el lunes 22 de abril en Palacio Nacional.
Aquí cabe señalar que el camarrradaLópez, desde que asumió la presidencia, jamás ha vuelto a acercarse al pueblo.
Y su corcholata, la candidata culpo a Latinus del “montaje”.
Pero, Usted, yo, todos los mexicanos/mejicanos vemos una cruel realidad.
Seguramente hoy, cuando me encuentre con mis amigos, los viejos, les preguntare sobre este asunto y el debate, de ante mano sé la respuesta y otra vez me insultarán y dirán que la Claudia gano el debate y lo otro es culpa de Calderón y Loret (porque así lo dijo el Ayatola en su show mañanero).
“Abrazos no balazos” pero la cifra de muertos aumenta cada día; pero que importa, hoy, sus oraciones están entre la Virgencita de Guadalupe, la morenita del pueblo y, la Santa Muerte; por eso, y como somos un pueblo que respetamos los usos y costumbres de nuestros hermanos ancestrales, sacrificaremos gallinas para que a Claudia y a nuestro pastor-hoy santificado- siempre les vaya bien…
Pero mejor a’i se las dejo… Negarnos a la realidad, es negar nuestra propia existencia e historia; votemos el 2 de junio, el futuro de sus hijos esta en sus manos---!!!SARAVAH¡¡¡