Hablemos de indios.
Indios, no es una expresión peyorativa, mucho menos insultante.
En 1989 se publicó la obra en cinco volúmenes deFernando Benítez, “Los Indios de México”, prologada por Carlos Fuentes.
Benítez durante unos veinte añosrecorrió varios territorios indígenas en todo México y, hablaba de seis millones de indios en todo el territorio nacional; “para 2010, de acuerdo con la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, estos ocupan la quinta parte del país y suman más de 15 millones”. Hoy, dicen que existen un total de 62 pueblos indígenas.
Luego, se le cambio el vocablo a etnia; pero, a partir del 2018 se les dice “hermanos ancestros” o “pueblos originarios”.
El camarrrrada López, el presidente, cuándo ocupó el cargo de delegado del Instituto Nacional Indigenista, en su natal Tabasco, entendió que esa masa de hombres y mujeres pobres y analfabetos podían ser utilizados para fines políticos.
Pero, hoy en día no es privativo de este hermoso mágico y ancestral país, dice la nota periodística, sintetizada:
“Los “pretendians”: la epidemia de falsos indígenas que sacude los cimientos de Canadá. … la abogada indígena Jean Teillet no le gusta este término porque considera que tiene una connotación infantil e inofensiva cuando en realidad estos falsos indígenas causan graves perjuicios a un grupo de la población canadiense que es el más castigado por discriminación, racismo, pobreza y otros problemas sociales…”
Los jóvenes universitarios principalmente, son muy dados en asumir posturas “indigenistas”; y hoy, los políticos,en México, han asumido e incluido el lenguaje de su guía moral en defensa del pueblo bueno y nuestros hermanos ancestrales.
Pero la realidad es que eso que llaman “Plan de justicia…” no le llega a esa masa de 65 millones de indígenas que deambulan (desplazados por el crimen organizado y los caciques del lugar de origen) en el territorio nacional.
Este lunes 13 de noviembre, es cumpleaños del presidente de México y, el señor dijo que venia a festejarse con los Yaquis, como alguna vez lo hizo el general Cárdenas.
Y de paso, a supervisar el “Plan de Justicia para los pueblos Yaquis que incluye la creación del Distrito de Riego número 018, la restitución de tierras y agua, el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió perdón a la tribu por los agravios cometidos en el pasado, principalmente en la época del Porfiriato”. Dice el boletín de la presidencia.
Y ya encarrerado…” El Ejecutivo nacional recordó que durante 34 años las comunidades Indígenas padecieron la más cruel represión que se haya registrado en la historia de México para despojar de sus tierras, bosques y del agua”.
No habrá alguien que lo asesore al respecto.
Hoy en este hermoso mágico ancestral país de las maravillas y cuerno de la abundancia, todos somos “pretendians”. Por eso, les recomiendo el libro de Bruno Traven “Canasta de cuentos mexicanos”.
Pero bueno, mejor a’i se las dejo…festejemos al señor, ya puede ir por su tarjeta del bienestar…
Le pregunta Carlos (Las enseñanzas de Don Juan: Carlos Castaneda: 1968) a Don Juan después de uno de sus intentos por explicar una de las experiencias mágicas desde un punto de vista racional: “¿Está usted enojado conmigo Don Juan? ¡No! ¡Nunca me enojo con nadie! Ningún ser humano puede hacer nada lo bastante importante para enojarme. Uno se enoja con la gente cuando siente que sus actos son importantes. Y yo no siento eso.” (P.96).
¡¡¡SARAVAH!!!