Enero 10, 2011 / ElChiltepin > Nacional

Guerra al narco asfixia penales

Ciudad de México a 10 de enero de 2011.- Son 429 centros penitenciarios a lo largo de todo el país y en su mayoría, estatales o de municipios, se encuentran sobrepoblados o, en el mejor de los casos, al tope de su capacidad.

Además, por sus patios y pasillos deambulan por lo menos 50 mil reos federales, algunos considerados de “alta peligrosidad”, que cumplen largas condenas o que se encuentran bajo proceso y sin sentencias. Los hay desde asesinos a sueldo hasta narcotraficantes, y su presencia representa riesgos, pero también ventajas.

Por cada uno de los internos del fuero federal recluidos en estos centros penitenciarios los estados reciben bonos del gobierno central bajo el rubro de “socorro de ley”. Hay gobiernos que reprochan la presencia de estos internos federales en sus cárceles, otros la prefieren e incluso la defienden, porque saben que representan un dinero adicional para las arcas de sus estados.

Aun con sus pros y contras, el gobierno federal puso en marcha una operación de “traslados masivos” de reos a prisiones federales, en una estrategia para frenar y reducir una sobrepoblación de más de 54 mil internos en por lo menos 400 penales del país.

Junto a este proyecto de reubicación, el gobierno federal avanza en la construcción de un penal catalogado de “supermáxima seguridad” en la zona de Papantla, en Veracruz.

Será el más grande y seguro de América Latina, con más de 3 mil celdas inviolables, a prueba de cualquier escapista; en otras palabras, inexpugnable. Se prevé que la instalación estará lista a finales de 2012.

En principio dará cabida a cerca de 2 mil delincuentes de “mediana, alta y muy alta peligrosidad”, muchos de ellos vinculados con el crimen organizado y con los poderosos cárteles del tráfico de drogas.

Contará con tecnología de punta de vigilancia, con la que se podrá monitorear a todos y cada uno de los internos durante las 24 horas del día. Este complejo será único en su tipo y sus huéspedes tendrán el privilegio de contar con su propia celda.

Con esta infraestructura penitenciaria se pretende evitar que los siete penales federales que están en operación —tres de ellos de “máxima seguridad”— también caigan en una perniciosa sobrepoblación. En sus instalaciones se recluirá a cientos de delincuentes que ya recibieron sentencia; muchos, vinculados con las mafias del narcotráfico y el crimen organizado.

Sólo de agosto a diciembre del año pasado se realizaron tres traslados masivos de internos que se encontraban en cárceles del sur del país a la Colonia Penal Federal de las Islas Marías (CPFIM). El primero tuvo lugar en agosto, con 29 internos; el segundo en octubre, con 46 reclusos, y apenas el pasado 15 de diciembre, con 43 reos que llegaron a ese territorio. Esto sin contar los movimientos de grupos de medio centenar de internos que se encontraban en otras prisiones estatales.

Guerra al narco

La guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado no sólo ha desatado una violencia inusitada en todo país, con un saldo de más de 30 mil muertes violentas en los últimos cuatro años, sino que además ya produjo una sobrepoblación en casi la totalidad de los 429 penales que hay en el país, desde municipales y estatales, hasta los que se encuentran en el Distrito Federal y en el estado de México.

En todos ellos hay presencia de reos federales que se encuentran relacionados con el narcotráfico.

Alejandro Gertz Manero, ex titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal, admite que el tema de la sobrepoblación es alarmante, principalmente en las prisiones que se encuentran en el DF y en el norte de la República, donde prevalece una promiscuidad brutal.

“Creen que entregando más dinero a las cárceles se resuelve el problema y no es así. De tener un presupuesto de 5 mil millones de pesos al año, pasó a 32 mil millones y nunca nos ha ido peor”, explicó Gertz Manero, quien afirma que no se ha querido hacer un diagnóstico general del problema de seguridad y justicia del país, porque ello traería como consecuencia enfrentar un cambio real que nadie quiere hacer en la materia.

De acuerdo con cifras de la Secretaría de Seguridad Pública, la población penitenciaria es de alrededor de 227 mil internos (94 mil 698 en proceso y 132 mil 278 sentenciados), de los cuales más de 50 mil son del fuero federal.

Información del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (Cesop) de la Cámara de Diputados señala que cada recluso cuesta al erario alrededor de 130 pesos diarios. Pero esta población podría crecer de manera exponencial si se toma en cuenta que de los procesos judiciales efectuados entre el 1 de diciembre de 2006 al mismo mes de 2010 se dictaron en total 88 mil sentencias, de las cuales 82 mil 500 fueron de tipo condenatorio.

En muchos casos se trata de delincuentes vinculados con los cárteles de las drogas, desde operadores, jefes de plaza y sicarios, hasta vigías o vigilantes conocidos como halcones y distribuidores de estupefacientes de las distintas organizaciones del narcotráfico.

Esto podría detonar la sobrepoblación en las prisiones estatales, pero principalmente en las federales, ya que les corresponde la custodia de los involucrados en delitos de ese orden.

“Lo que viene sucediendo en los últimos meses nos está dando un panorama muy claro de qué está ocurriendo. El crimen organizado ya penetró en muchas cárceles del país, lo que está teniendo como consecuencia un sinnúmero de fugas de penales de todo tipo”, dijo Gertz.

Información de la Procuraduría General de la República (PGR) señala que en lo que va del gobierno del presidente Felipe Calderón Hinojosa se instruyeron más de 540 mil averiguaciones previas, y a 400 mil se les dio curso ante los jueces.

Una investigación realizada por José Patricio Patiño, actual subsecretario del Sistema Penitenciario Federal, destaca que la población de internos ha mantenido un crecimiento sostenido producto de dos factores: por el aumento de la delincuencia a partir de la década de los 90 y por la aplicación de penas más severas y largas.

De acuerdo con un documento de la Secretaría de Seguridad Pública, la población penitenciaria nacional ha registrado un crecimiento sostenido en los últimos cuatro años, aunque el aumento más representativo no es en los del orden federal, sino del fuero común.

Procesados y sentenciados

En el año 2006 la población penitenciaria se ubicaba en los 210 mil 140 reos, de los cuales 49 mil 217 eran del fuero federal, mientras que en 2010 el registro fue de 226 mil 976 y, de éstos, 50 mil 467 correspondieron a delitos del orden federal.

Estas cifras representan un aumento de 8% en la población penitenciaria nacional y un crecimiento de 2.5% en los reos del fuero federal.

Los números oficiales disponibles se ubican hasta el mes de abril de 2010, por lo que éstos podrían variar de manera dramática si se toma en cuenta que este fue un año de guerra abierta entre las fuerzas del orden y los poderosos cárteles de las drogas, que derivó en cientos de arrestos.

De las más de 50 mil personas que se encuentran en las prisiones por haber cometido algún delito federal, 44.9% se encuentran bajo proceso, y poco más de 55% ya fueron sentenciadas.

Actualmente, de acuerdo con las cifras oficiales, se registra una sobrepoblación penitenciaria de más de 31%, ya que la capacidad es de no más de 172 mil 418 espacios, contra los casi 227 mil reos que se encuentran internados en los 429 centros penitenciarios.

Capacidad penitenciaria

La capacidad de los centros penitenciarios en el país registrada hasta abril de 2010 estaba como sigue:

El gobierno federal cuenta con siete centros, con una capacidad para recluir a 9 mil 494 internos y con una población de 8 mil 719; es decir, cuenta con 775 espacios disponibles.

El gobierno del DF (GDF) tiene 10 centros de reclusión con una capacidad de 19 mil 88 reos, pero en ellos cohabitan más de 40 mil.

Los gobiernos estatales tienen 320 prisiones con una capacidad máxima de ocupación para 140 mil 211 personas; sin embargo, en ellos se encuentran casi 174 mil, lo que significa alrededor de 34 mil reos más.

En cuanto a los gobiernos de los municipios, éstos tienen 92 centros penitenciarios para dar cabida a 3 mil 625 reos, pero en ellos se encuentran recluidas en total 4 mil 118 personas.

En total existe una sobrepoblación de más de 54 mil 500 internos, que representan 31.64% de la capacidad instalada en todo el país.

Según el desglose, en 22 entidades federativas se registra una sobrepoblación en distintos grados, aunque los casos más dramáticos se registran en el DF, con un 110.4%; Sonora, 88.25%; Nayarit, 84.46%; el estado de México, 82.75%; Jalisco, 74.06%; Morelos, 63.05%, y Puebla, con 57.62% de sobrepoblación de internos.

Autoridades penitenciarias federales calculan que más de 50% de las instalaciones penitenciarias del país —217 centros de reclusión— presenta una severa sobrepoblación.

Población del fuero federal

En cuanto al total de internos del fuero federal, que se calcula en alrededor de los 50 mil 500 reos, la gran mayoría —cerca de 40 mil— se encuentra en centros de reclusión estatales, más de 4 mil en los reclusorios del Distrito Federal, unos 300 en cárceles municipales y unos 6 mil 500 más en los siete centros penitenciarios federales.

En cifras redondas, cerca de 44 mil internos del fuero federal están recluidos en centros estatales, municipales o en el Distrito Federal; parte de ellos, debido al proceso al que se encuentran sujetos y otros, por el cumplimiento de sentencia dictada por jueces.

El sistema penitenciario federal, con menos de dos décadas de operación, creó los Centros Federales de Readaptación Social (Ceferesos), diseñados para contener a aquellos internos clasificados como de alta peligrosidad, con excepción de la colonia de las Islas Marías (CPFIM) y el Cefereso número 4, en El Rincón, el cual tiene un módulo para internos de peligrosidad media.

Desde entonces y hasta la fecha, se ha registrado un aumento constante en la población bajo la custodia del gobierno federal, y debido a la dinámica delictiva que se presenta actualmente, es cada vez mayor la población sujeta a proceso en centros federales.

La tendencia mundial en instalaciones de máxima seguridad es de una celda por persona, para garantizar la seguridad del personal y del interno; sin embargo, en los Ceferesos del país se encuentran en promedio dos o tres individuos por cada celda.