Doblan por Nosotros
Enorme y pesada.
Dolorosa y redentora
Infernal y divina
Muerte y vida.
Lágrimas y esperanza
Tormento y absolución.
Alfa y omega.
Principio y fin.
¡Míralos!, ahí van.
Caminan, ríen y juegan junto a sus padres.
¡Sí!, ahí van; bajo un cielo intensamente azul, diáfano como sus almas, como su infancia, como sus ayeres y mañanas.
Caminan sobre el asfalto ardiente, bajo un sol calcinante, cruel, brutal; un asfalto sobre el que las lágrimas lo son aún más.
¡No!, no han muerto, el fuego infame no se los llevó.
Marchan a tu lado, a mi lado; caminan llorando, también riendo, aun cuando crueles manos , les quitaron todo.
¿Oyes esas campanas tañer?.
Están doblando por ti, por mi, ¡por todos!
Nosotros somos los muertos, ¡ellos no!.
Mira esos globos, ya rumbo al cielo; los han soltado cuarenta y nueve guerreros para gritarle al mundo que sobre cualquier infamia flotará por siempre su recuerdo y, para decirle que los niños perdidos lloran, pero siguen cazando mariposas.
¡si ¡, llora, rabia, que el dolor te muerda, arañe tu alma y, que esa cruz que llevas al pecho, se marque con fuego y a uno solo, los justos recuerden, ¡mía es la venganza!.
¿Los miras, escuchas sus llantos, sus risas, sus espantosos gritos de dolor?.
Ahí van, en la procesión dolorosa jamás vista sobre este ardiente asfalto.
¡Vamos camina, juega con ellos. Llora con ellos, ríe con ellos!
Piensa en los tuyos, porque todos somos todos, porque así , las cuarenta y nueve cruces, las haremos una sola, para crucificarnos en ella, abrazarnos a ella y, atar a molinos de piedra a sus asesinos.
¿Los oyes?.
Son ellos riendo. Llorando.