Junio 5, 2010 / ElChiltepin > Regional
Sus vidas cambiaron desde el trágico 5 de junio de 2009. Han sufrido de todo tras la pérdida de sus pequeños hijos en el incendio de la guardería subrogada del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ABC. Desde la frustración por no poder tener otro bebé, hasta problemas económicos. Ha sido un año de pesadilla de la que quisieran algún día despertar.
Son los papás de los niños que murieron en el incendio de la estancia infantil, que hoy día tienen que acudir a terapias sicológicas, que intentan formar de nuevo una familia, que sus caras reflejan dolor y que aún se preguntan: ¿por qué sus hijos?
Todos tienen una historia que contar de lo que han vivido en este último año, pero los invade el enojo por la impunidad que ven en este caso que dejó 49 niños muertos y más de 70 lesionados, pero como al principio, no hay nadie en la cárcel.
El deseo de que se castigue a los culpables obligó a varios padres a posponer el duelo, por eso las lágrimas aún corren por sus rostros, tal y como lo narra Julia Moreno, madre de Fátima.
Al momento de la muerte de la pequeña, se encontraba con un embarazo de tres meses, por ello sacó fuerzas de donde pudo para posponer su dolor hasta después del parto, el cual ocurrió en noviembre de 2009. “Mi alma se salió de mí todo ese tiempo, no lloré, la gente se asombraba... Fue hasta que mi hijo, recién nacido, dejó de tomar pecho cuando estallé en dolor por la pérdida de Fátima”.
Julia estaba acostumbrada a trabajar, hasta antes de la tragedia se desempeñaba como ejecutiva de cuenta en una sucursal bancaria, pero ahora explica que a su bebé recién nacido no piensa confiárselo a nadie.
Tiene que haber un escarmiento
Al igual que todos los deudos de la guardería, Julia Moreno, quien vive en la colonia Las Lomas, Sonora, piensa que “nada en la vida va a reparar la muerte de los niños, pero al mismo tiempo espera que los responsable paguen su culpa.
“Tiene que haber un escarmiento... En mí no hay odio, pero los culpables tienen que pagar por sus actos”.
La falta de contundencia de las autoridades no le hacen perder esperanzas de que habrá castigo. “No debemos pensar que a gente como el ex gobernador Eduardo Bours no le va a pasar nada, debemos tener paciencia y no desesperarnos”.
Luego de un año de la tragedia y la muerte de su hijo Germán Paúl, la pareja formada por Germán León Ahumada y Ofelia Vásquez Ruelas busca formar de nueva cuenta una familia.
A través de la inseminación artificial intentan concebir para que un nuevo ser llene el vacío dejado por la partida de Germán Paúl, quien al momento de fallecer contaba con 4 años.
“Después de casarnos sufrimos para poder encargar bebé, cinco años tuvieron que pasar... Hoy otra vez estamos batallando, no podemos encargar, pero tenemos que lograrlo, pues un hijo nos daría la fuerza para salir adelante”, dijo Ofelia.
Ambos acuden a terapia sicológica, con la que pretenden asimilar lo sucedido y enfrentar la realidad por la que atraviesan.
Germán León indicó que se encuentran decepcionados de la justicia del país, pues a pesar de que se murieron 49 niños no se ha visto voluntad de querer castigar a los culpables y en cambio observa que les facilitan las cosas para que no paguen sus culpas.
Movimiento por la justicia
Además del sufrimiento por la muerte de su hijo Yeyé en el incendio de la guardería, Julio César Márquez Ortiz ha tenido la responsabilidad de coordinar el Movimiento Por la Justicia 5 de junio y también enfrentar las críticas en blogs y redes sociales por su postura crítica hacía las autoridades.
Márquez Ortiz refiere que recientemente él y su familia dejaron el estado de shock en el que se encontraban para comenzar la etapa de luto. “No era una fortaleza, era un bloqueo de nuestras mentes… Nos involucramos en una actividad frenética para buscar el cansancio que nos hiciera dormir”.
Además del dolor, la familia Márquez también ha padecido problemas económicos, toda vez que el negocio familia fue prácticamente abandonado por esa lucha incansable de salir a las calles a buscar justicia.
“Ya he regresado a trabajar, el negocio se está componiendo, pero todavía no me repongo”.
Julio César Márquez dice que desde su papel como vocero del Movimiento por la Justicia 5 de junio implicó varias responsabilidades, pero también le provocó miedo a su familia.
Desde aquellos días en los que estaba reciente la tragedia y la agrupación comenzaba a hacer actividades, hasta ahora, “siento que me escuchan, o no sé si sea un delirio de persecución, pero siento que mi teléfono está intervenido, aunque lo que sí tengo certeza es que mi correo está hackeado”.
Aun así refiere que la movilización continuará con su postura crítica hacia las autoridades.
La justicia para el padre de Yeyé es que no hubiera ocurrido la tragedia, lo demás son sanciones que se encuentran pendientes y que tienen que aplicarse tarde o temprano.
“Hay autores de toda esa cadena de irresponsabilidades y corrupción, aunque en este momento no haya un aspecto de que se quiera sancionar, sólo unos trazos que pintó el gobierno buscando proteger a algunas personas”.
Dice tener la esperanza de que el delito que se les ha imputado a los implicados, que es el homicidio y lesiones culposas, se reclasifique a grave y con ello no obtengan libertad bajo fianza.
Padres esperan se haga justicia
Hermosillo, Sonora a 05 de junio de 2010.- La esperanza de que algún día se les haga justicia, que no haya impunidad para los culpables de su tragedia, es lo que los mantiene de pie.Sus vidas cambiaron desde el trágico 5 de junio de 2009. Han sufrido de todo tras la pérdida de sus pequeños hijos en el incendio de la guardería subrogada del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ABC. Desde la frustración por no poder tener otro bebé, hasta problemas económicos. Ha sido un año de pesadilla de la que quisieran algún día despertar.
Son los papás de los niños que murieron en el incendio de la estancia infantil, que hoy día tienen que acudir a terapias sicológicas, que intentan formar de nuevo una familia, que sus caras reflejan dolor y que aún se preguntan: ¿por qué sus hijos?
Todos tienen una historia que contar de lo que han vivido en este último año, pero los invade el enojo por la impunidad que ven en este caso que dejó 49 niños muertos y más de 70 lesionados, pero como al principio, no hay nadie en la cárcel.
El deseo de que se castigue a los culpables obligó a varios padres a posponer el duelo, por eso las lágrimas aún corren por sus rostros, tal y como lo narra Julia Moreno, madre de Fátima.
Al momento de la muerte de la pequeña, se encontraba con un embarazo de tres meses, por ello sacó fuerzas de donde pudo para posponer su dolor hasta después del parto, el cual ocurrió en noviembre de 2009. “Mi alma se salió de mí todo ese tiempo, no lloré, la gente se asombraba... Fue hasta que mi hijo, recién nacido, dejó de tomar pecho cuando estallé en dolor por la pérdida de Fátima”.
Julia estaba acostumbrada a trabajar, hasta antes de la tragedia se desempeñaba como ejecutiva de cuenta en una sucursal bancaria, pero ahora explica que a su bebé recién nacido no piensa confiárselo a nadie.
Tiene que haber un escarmiento
Al igual que todos los deudos de la guardería, Julia Moreno, quien vive en la colonia Las Lomas, Sonora, piensa que “nada en la vida va a reparar la muerte de los niños, pero al mismo tiempo espera que los responsable paguen su culpa.
“Tiene que haber un escarmiento... En mí no hay odio, pero los culpables tienen que pagar por sus actos”.
La falta de contundencia de las autoridades no le hacen perder esperanzas de que habrá castigo. “No debemos pensar que a gente como el ex gobernador Eduardo Bours no le va a pasar nada, debemos tener paciencia y no desesperarnos”.
Luego de un año de la tragedia y la muerte de su hijo Germán Paúl, la pareja formada por Germán León Ahumada y Ofelia Vásquez Ruelas busca formar de nueva cuenta una familia.
A través de la inseminación artificial intentan concebir para que un nuevo ser llene el vacío dejado por la partida de Germán Paúl, quien al momento de fallecer contaba con 4 años.
“Después de casarnos sufrimos para poder encargar bebé, cinco años tuvieron que pasar... Hoy otra vez estamos batallando, no podemos encargar, pero tenemos que lograrlo, pues un hijo nos daría la fuerza para salir adelante”, dijo Ofelia.
Ambos acuden a terapia sicológica, con la que pretenden asimilar lo sucedido y enfrentar la realidad por la que atraviesan.
Germán León indicó que se encuentran decepcionados de la justicia del país, pues a pesar de que se murieron 49 niños no se ha visto voluntad de querer castigar a los culpables y en cambio observa que les facilitan las cosas para que no paguen sus culpas.
Movimiento por la justicia
Además del sufrimiento por la muerte de su hijo Yeyé en el incendio de la guardería, Julio César Márquez Ortiz ha tenido la responsabilidad de coordinar el Movimiento Por la Justicia 5 de junio y también enfrentar las críticas en blogs y redes sociales por su postura crítica hacía las autoridades.
Márquez Ortiz refiere que recientemente él y su familia dejaron el estado de shock en el que se encontraban para comenzar la etapa de luto. “No era una fortaleza, era un bloqueo de nuestras mentes… Nos involucramos en una actividad frenética para buscar el cansancio que nos hiciera dormir”.
Además del dolor, la familia Márquez también ha padecido problemas económicos, toda vez que el negocio familia fue prácticamente abandonado por esa lucha incansable de salir a las calles a buscar justicia.
“Ya he regresado a trabajar, el negocio se está componiendo, pero todavía no me repongo”.
Julio César Márquez dice que desde su papel como vocero del Movimiento por la Justicia 5 de junio implicó varias responsabilidades, pero también le provocó miedo a su familia.
Desde aquellos días en los que estaba reciente la tragedia y la agrupación comenzaba a hacer actividades, hasta ahora, “siento que me escuchan, o no sé si sea un delirio de persecución, pero siento que mi teléfono está intervenido, aunque lo que sí tengo certeza es que mi correo está hackeado”.
Aun así refiere que la movilización continuará con su postura crítica hacia las autoridades.
La justicia para el padre de Yeyé es que no hubiera ocurrido la tragedia, lo demás son sanciones que se encuentran pendientes y que tienen que aplicarse tarde o temprano.
“Hay autores de toda esa cadena de irresponsabilidades y corrupción, aunque en este momento no haya un aspecto de que se quiera sancionar, sólo unos trazos que pintó el gobierno buscando proteger a algunas personas”.
Dice tener la esperanza de que el delito que se les ha imputado a los implicados, que es el homicidio y lesiones culposas, se reclasifique a grave y con ello no obtengan libertad bajo fianza.