Difunden audio de niños separados de sus padres
El llanto y los gritos de los niños por sus madres y padres dan una vívida dimensión de la aplicación de la política migratoria de "cero tolerancia" del gobierno del presidente estadounidense Donald Trump.
En la grabación se escucha a los niños llorar y respirar con dificultad, mientras gritan "mami" y "papá", mientras un agente de la Patrulla Fronteriza se mofa: "Bueno, tenemos una orquesta aquí... Lo que falta es un conductor".
El audio, grabado la semana pasada dentro de un centro de detención de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos, fue difundido por ProPública, una organización sin fines de lucro dedicada a producir periodismo de investigación de interés público.
El audio, extremadamente conmovedor, capta la angustia de niños y niñas de entre cuatro y 10 años de edad que fueron encerrados en centros de detención menos de 24 horas después de haber sido separados de sus padres.
La persona que realizó la grabación, que solicitó no ser identificada por temor a represalias, dio el audio a Jennifer Harbury, abogada de derechos civiles que ha vivido y trabajado durante cuatro décadas en el Valle del Río Grande en la frontera de Texas con México.
Harbury lo proporcionó a ProPública y dijo que la persona que lo grabó era una clienta que "escuchó los llantos de los niños y quedó devastada".
En el audio también se puede escuchar a una empleada del Consulado de El Salvador que atiende a los menores, a quienes ofrece bocadillos y juguetes.
Sobresale la voz de una niña de seis años de edad, identificada como Alison Jimena Valencia Madrid, que pide de manera reiterada que la dejen hacer una llamada por teléfono a su tía, y afirma que sabe el número de teléfono de memoria.
"Y mi mami después que me venga a traer mi tía, va a venir lo más pronto posible para irme con ella", solloza la niña ante la representante consular.
ProPública indicó que marcó el número que Alison recitó en el audio y habló con la tía, quien calificó el momento como el "más difícil de mi vida".
"Imagínese recibir una llamada de su sobrina de seis años. Está llorando y me ruega que vaya a buscarla. Ella dice: 'Prometo que me comportaré bien, pero por favor sácame de aquí. Estoy completamente sola'", relató la tía, que deploró que no hubiera nada que ella pudiera hacer.
Ella y su hija de nueve años están buscando asilo en Estados Unidos después de inmigrar aquí hace dos años por los mismos motivos y por la misma ruta que su hermana y su sobrina, todas ellas oriundas del pequeño pueblo de Armenia, a una hora al noroeste de la capital salvadoreña.
Dijo que su sobrina y su hermana partieron hacia Estados Unidos hace más de un mes y que pagaron a un contrabandista siete mil dólares para guiarlos a través de Guatemala y México y cruzaron la frontera hacia Estados Unidos. Ahora, dijo, todo el riesgo y la inversión parecen perdidos.
La tía dijo que le preocupaba que cualquier intento de parte de ella de intervenir en la situación de su sobrina pusiera en riesgo su petición de asilo y la de su hija, particularmente desde que la administración Trump anuló las protecciones de asilo para las víctimas de pandillas y violencia doméstica.
La tía informo que logró hablar con su hermana, la mama de Alison, quien fue trasladada a un centro de detención de inmigrantes cerca de Port Isabel, Texas. Y ella se mantiene en contacto con su sobrina, por teléfono. Madre e hija, sin embargo, no han podido hablar entre sí.
La tía dijo que Alison había sido trasladada de las instalaciones de la Patrulla Fronteriza a un refugio, pero dijo que las autoridades le advirtieron a la niña que su madre, Cindy Madrid, de 29 años, podría ser deportada a El Salvador sin ella.
"Sé que no es ciudadana estadounidense", dijo la tía. "Pero ella es un ser humano. Ella es una niña ¿Cómo pueden tratarla de esta manera?”.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) informo el pasado viernes que alrededor de dos mil habían sido separados de sus padres desde mediados de abril hasta finales de mayo.
En las seis semanas en que se ha aplicado la política de "tolerancia cero" o de separación de familias, al menos dos mil 300 menores de edad han sido detenidos en celdas distintas a las de sus padres. Más de un centenar de estos niños son menores de cuatro años de edad.
Tanto el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, como el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Zeid Raad al-Hussein, han criticado la política de separación de familias.
Por su parte, el grupo civil Amnistía Internacional (AI) emitió un comunicado en que califica la política de "tortura", con base en las propias definiciones del derecho estadounidenses y del derecho internacional, debido a que la medida puede causar daños mentales severos a los menores de edad.