El influyente y brillante Stephen Hawking
Stephen Hawking, el más brillante e influyente físico de la segunda mitad del siglo XX, célebre por sus investigaciones, teorías y aportaciones en torno al origen del universo, murió esta noche en su casa de Cambridge, Reino Unido, a la edad de 76 años, de acuerdo con fuentes familiares.
Siempre polémico, el reputado astrofísico y cosmólogo británico causó controversia, de nueva cuenta, cuando habló sobre la necesidad de colonizar el espacio y buscar vida en otro planeta, pero también al pronosticar el colapso de la vida terrestre dentro de unos 600 años. La ciencia mundial habló mucho del tema.
De acuerdo con sus ideas, el crecimiento exponencial de la población mundial hará que la Tierra termine como una enorme “bola de fuego”, de ahí la necesidad de explorar más el universo, o de construir una nano nave capaz de viajar hasta Alpha-Centaury, el sistema estelar más cercano a la Tierra, a cuatro años luz de distancia.
Hawking nació el 8 de enero de 1942 en Oxford, Reino Unido, y estudió en el University College, donde concluyó en 1962 con los títulos de matemático y físico, señala el sitio “Biografías y vidas”. La misma fuente asegura que él fue un importante divulgador de la ciencia, tal vez el más grande de todos los tiempos.
Conocido por sus teoremas sobre las singularidades espaciotemporales en el marco de la relatividad general y la teoría de la radiación de agujeros negros, llamada “radiación de Hawking”, este investigador fue todo un personaje, del cual ya se realizó y estrenó con éxito una película, denominada “La teoría del todo”.
En 1963, durante una sesión de patinaje sobre hielo, resbaló y tuvo dificultades para incorporarse; se le diagnosticó esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Sus biógrafos cuentan que los médicos pronosticaron que no viviría más de dos o tres años, sin embargo, por causas desconocidas sobrevivió.
Esa situación provocó que se tuviera que comunicar a través de un sintetizador de voz, que utilizó desde 1986 y el cual genera palabras a través de la construcción voluntaria de una de sus mejillas, mientras que su silla de ruedas es controlada por un ordenador que maneja, con leves movimientos de cabeza y ojos, explica el portal “RT”.
Entre sus aportaciones, se cuenta que junto a Roger Penrose, vio que las singularidades del espacio-tiempo que Albert Einstein predijo en su teoría de la gravedad, eran reales. Estudió la mecánica de los agujeros negros, y apoyándose en la teoría cuántica, encontró que los agujeros negros se desvanecen, liberando calor y partículas elementales, destaca el sitio “El Español”.
De acuerdo con Daniel Martin Reina, de la revista científica “¿Cómo ves?”, sus aportes a la cosmología son originales y elegantes, aunque difíciles de confirmar, además de que sus cambios de opinión siempre son noticia, y fue titular de la Cátedra Lucasiana de Matemáticas, de la Universidad de Cambridge.
Fue miembro de la Real Sociedad de Londres, de la Academia Pontificia de las Ciencias y de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Nunca recibió el premio Nobel, pero sí la Medalla Albert Einstein (1979), el premio Príncipe de Asturias (1989) y el Premio Especial de Física Fundamental (2012), entre otros reconocimientos.
Su obra más importante, “Historia del tiempo: Del big bang a los agujeros negros” (1988) ha sido traducida a 37 idiomas y convertido en un éxito comercial, al vender en pocos años más de 20 millones de ejemplares. Fue ateo por considerar que la ciencia ofrece una explicación más conveniente sobre la creación del universo, que el creado por Dios.
Fue autor de otros libros como “El gran diseño”, “El universo en una cáscara de nuez” y “La gran ilusión: las grandes obras de Albert Einstein”, entre otros.
Convencido de la ciencia, declaró que para entender el universo, “debemos intentar comprender su origen a partir de la ciencia. Puede que sea una tarea más allá de nuestras capacidades, pero al menos deberíamos intentarlo”.
“Propiedad de universos en expansión”, su tesis doctoral que compartió en octubre de 2017 con la Universidad de Cambridge, colapsó la página web de la institución, al recibir más de 670 mil visitas días después del anuncio. Anoche, la noticia de su muerte fue confirmada por su familia mediante un comunicado.
“Estamos profundamente entristecidos porque nuestro querido padre ha fallecido. Fue un científico grandioso y un hombre extraordinario cuyo trabajo y legado perdurarán a través de los años. Su coraje y su persistencia, junto a su brillantez y su sentido del humor, inspiraron a mucha gente alrededor del mundo".