Por crisis, miles de venezolanos cruzan a Colombia
Miles de venezolanos se han apresurado a cruzar la frontera con Colombia después de que el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, anunció un endurecimiento de los controles, lo que ha provocado escenas de pánico, caos y desórdenes.
La multitud, que desde tempranas horas espera bajo un sol inclemente que las autoridades colombianas revisen sus documentos, intentó saltarse las vallas metálicas, lo que obligó a la intervención policial.
El nuevo esquema de registro paralizó el movimiento de personas, principalmente, en el puente internacional Simón Bolívar, ubicado entre la población venezolana de San Antonio y Villa del Rosario (Norte de Santander).
Entre el paquete de medidas adoptadas se estableció el acceso a venezolanos únicamente con el pasaporte o la Tarjeta de Movilidad Fronteriza (TMF), aunque el proceso de tramitación de esta última también fue suspendida por el gobierno de Bogotá.
A diario cruzan a Colombia por el puente unas 37 mil personas, pero el endurecimiento de los controles ha formado el taponamiento, para muchos insuperable, puesto que los pasaportes venezolanos cada vez son menos ante la escasez que se vive en ese país.
Miles de venezolanos que intentan entrar a Colombia por el paso fronterizo de Cúcuta han protagonizado este viernes momentos de tensión en el puente internacional Simón Bolívar donde han comenzado a regir nuevos controles de acceso.
Los uniformados que habitualmente controlan el paso fronterizo junto con agentes de Migración Colombia han recibido el apoyo del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) de la policía e incluso han sido movilizadas tanquetas para controlar la situación.
Cúcuta, capital del departamento de Norte de Santander, recibe cada día decenas de miles de venezolanos que cruzan los puentes Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander. Hoy es una suerte de ciudad dormitorio.
Los venezolanos cruzan a Colombia diariamente para buscar trabajo temporal o comprar bienes esenciales. La mayoría de ellos regresan a casa, pero el gobierno colombiano espera que muchos más permanezcan permanentemente a medida que la crisis económica del país empeora.
Venezuela ha sufrido durante años por la alta inflación y la escasez crónica de alimentos y medicinas.
Colombia dice que la inmigración venezolana aumentó en más del 100 por ciento en 2017, mientras Brasil también ha expresado su preocupación, ya que miles de venezolanos viven en alojamientos precarios en el estado fronterizo de Roraima.
Ante la ya incontrolable oleada de migrantes venezolanos que se han visto obligados a cruzar a Colombia como consecuencia de la grave crisis que atraviesa su país, el presidente Santos anunció este jueves que aumentará los controles migratorios y de seguridad en la frontera.
Las nuevas medidas incluyen el envío de dos mil 120 nuevos miembros de la fuerza pública para que custodien los dos mil 200 kilómetros que comparten ambas naciones.
Vamos a "poner más controles migratorios y que esos controles sean más estrictos, que la entrada de venezolanos tenga unas características, que sea controlada, que sea ordenada y algo muy importante, que se haga dentro de la legalidad", señaló el jefe de Estado en la ciudad fronteriza de Cúcuta.
Los efectivos -de tierra, aire y mar- que serán desplegados en la zona limítrofe "tendrán como principal objetivo mejorar el control sobre las trochas" por donde cruzan de forma irregular cientos de migrantes y además operan bandas delincuenciales y de contrabando, agregó.
Los nuevos controles migratorios permitirán que al país solo ingresen los venezolanos que tienen pasaporte o una tarjeta migratoria. Además, los que ya viven en Colombia deberán hacer un registro gratuito, explicó Santos.
Como Colombia no tiene experiencia en el manejo de estas crisis, se pidió la ayuda de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, organismo con amplia experiencia en este tipo de situaciones.
Una de las primeras recomendaciones de la ONU, fue la creación de un centro de atención al migrante que tendrá, inicialmente, capacidad para atender a dos mil personas.
Martín Santiago, coordinador residente humanitario de la ONU en Colombia, explicó a El Espectador que el lugar tendrá un diseño modular y gradual para que pueda ser ampliado en caso de ser necesario. (NOTIMEX)