Atlas 2-0 Pachuca Termina tormento local
Semanas de dudas, 17 con puras penas, pero sobre todo malos resultados, llegaron a su fin la noche de este sábado.
Tuvo que pasar un torneo completo para que los Rojinegros del Atlas volvieran a reencontrarse con la tan anhelada, pero también lejana victoria. El recuento de los daños dejó a un técnico sin trabajo (Juan Carlos Chávez) y una distancia de seis puntos en la tabla porcentual, reducida a nada.
Cinco meses después, Atlas se volvió a enfrentar a los Tuzos del Pachuca, y volvió a conseguir el triunfo, pero ahora, lo hizo con su gente, en el Estadio Jalisco.
Atlas reencontró también, la comunión con su afición. Casi 30 mil asistentes en el coloso de la Calzada Independencia acudieron al llamado para apoyar al equipo en un momento álgido en la lucha por el descenso, justo cuando Gallos Blancos, su inmediato competidor, también logró la victoria.
Los delanteros del equipo respondieron también: Omar Bravo y Vicente Matías Vuoso fueron los arquitectos de un triunfo que se negó durante meses.
Los primeros diez minutos del encuentro fueron intensos por ambos cuadros. Por parte del cuadro de casa, Matías Vuoso se mostró enjundioso y con ganas de hacer daño al frente, mientras que Pachuca tuvo, en ese lapso de tiempo, su situación más peligrosa con un disparo de Héctor Herrera, desde las afueras del área, que Miguel Pinto envió oportunamente a un costado.
Brizuela sacó, al 14’, un potente disparo desde las afueras del área, siendo ésta otra de las varias advertencias que el equipo de Boy generó sobre el marco de los hidalguense.
El tanto rojinegro que los puso al frente, cayó por la vía del penal. La jugada se generó cuando Ricardo Bocanegra filtró para Omar Bravo, quien recibió y adelantó la pelota dentro del área, por la derecha, ante el cierre del defensa Paulo da Silva, quien estiró la pierna y Bravo se enganchó en la extremidad del paraguayo. El árbitro dictó penal a favor de los Rojinegros. Bravo asumió la responsabilidad y le solicitó a Matías Vuoso la opción de patear y no desperdició: le pegó de derecha, raso y con mucha colocación para vencer a Rodolfo Cota, al minuto 35’.
Atlas se fue al descanso del medio tiempo, despedido por su gente en medio de una carretada de aplausos, esperando aún más para la parte complementaria.
Parte importante para que Pachuca bajara los brazos fue la expulsión de Daniel Ludueña, apenas iniciada la parte complementaria. Al 49’, el argentino vio el cartón rojo del árbitro José Alfredo Peñaloza, cuando fue a pelear por una pelota a las afueras del área rojinegra que estaba en posesión de Sergio Amaury Ponce, pero el argentino dejó la pierna estirada y alcanzó a lastimar al zaguero del Zorro, por lo que de inmediato, el árbitro le mostró la roja directa.
Los planes de Gabriel Caballero se esfumaron, luego de que hiciera ingresar a la cancha a Darío Carreño para el segundo tiempo.
De hecho, el propio Abraham Darío Carreño conectó una chilena dentro del área, al 56’, y que Miguel Pinto atajó de una manera poco ortodoxa, pero a final de cuentas evitó el empate parcial.
Atlas amplió la ventaja, al 65’, luego de un centro de Isaac Brizuela, Omar Bravo hizo un recorte en el área chica y Matías Vuoso le pegó de media vuelta para convertir el segundo tanto, que dio comodidad al Atlas en el encuentro.
Los dos equipos quedaron en igualdad de circunstancias, luego de que, por doble amonestación Oscar Razo fue expulsado del encuentro, al minuto 86’.
Ya con el reloj contando sus últimos dos minutos, Ángel Reyna intentó hacer una “vaselina” para acercar en el marcador, desde las afueras del área, pero Miguel Pinto se estiró hacia atrás para evitar que la pelota entrara.
Lo que no pudo evitar el chileno, es una falta dentro del área sobre Paulo Da Silva, quien le gambeteó dentro del área, pero al intentar rechazar con la pierna derecha, Pinto conectó una patada sobre el delantero de los Tuzos. Ángel Reyna lo falló en la última jugada del encuentro, al volar su ejecución.
A pesar del resultado, Atlas no cesó en la búsqueda de un tercer tanto, que se negó a caer, pero que dejó, por lo menos, al equipo atlista con la satisfacción de volver a ganar en su casa.