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Internacional   -   Enero 14, 2011

Aprueba Benedicto XVI la beatificación de Juan Pablo II

el chiltepin
Ciudad del Vaticano a 14 de enero de 2011.- El Papa Benedicto XVI firmó hoy el decreto con el cual reconoció un “milagro” cumplido por la intercesión de Juan Pablo II y aprobó su elevación a los altares como beato durante una ceremonia el próximo 1 de mayo.

Según informó la sala de prensa del Vaticano, la autorización tuvo lugar durante una audiencia que concedió el pontífice en el Palacio Apostólico de Roma al prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, cardenal Angelo Amato.

El “milagro” se trata de la curación instantánea, completa y duradera de una forma grave de mal de Parkinson de la monja francesa Marie Simon-Pierre, ocurrida en 2005, pocos meses después del fallecimiento de Karol Wojtyla el 2 de abril de ese año.

Cómo se llega a ser Santo

La llamada "gloria de los altares" podría ser alcanzada por Juan Pablo II mediante una reforma del Código de Derecho Canónico de 1983.

El Vaticano determina que son tres las etapas que debe pasar el candidato para poder ser proclamado santo: confirmación de las ‘virtudes heroicas’, beatificación y canonización, para completarlas se necesita un milagro comprobado.

El primer paso para el proceso de beatificación lo da el obispo de la diócesis a la que pertenecía el candidato, en el caso de Juan Pablo II fue logrado antes de los cinco años posteriores a su muerte.

El actual pontífice, Benedicto XVI urgió a una investigación donde primero es necesario demostrar que el difunto gozaba de "fama de santidad" y que merece ser propuesto como candidato a la canonización.

El obispo y los laicos, o incluso el llamado "postulador", que hace el papel de un abogado defensor; elevan la propuesta a la Congregación para las Causas de los Santos,  mejor conocida en Roma como la "fábrica de santos", que es la encargada de dar el "nihil obstat" (permiso) para iniciar el verdadero proceso de las "virtudes heroicas".

El postulador debe reunir toda la información, desde testimonios hasta cartas y escritos, para demostrar que el candidato practicaba de forma "heroica" y continuada las virtudes de la fe.

El informe pasa entonces por las manos del famoso y antiguamente llamado "abogado del diablo", es el religioso que pone muchas trabas y obstáculos en el camino del candidato; hoy en día a esta persona se le llama "promotor de la fe", ahora es casi un colaborador del futuro santo, tratando de ayudarle indirectamente a demostrar sus cualidades.

Los teólogos consultores, los cardenales y hasta el Papa tienen derecho a opinar en esta etapa del proceso, después de la cual se puede prever la beatificación, siempre y cuando se haya demostrado al menos la existencia de un milagro que pueda ser atribuido al candidato.

La reforma del Código de Derecho Canónico exige demostrar otro milagro para poder ser proclamado santo.

Pero demostrar la validez del milagro tampoco es tarea fácil. La Congregación para las Causas de los Santos se vale del asesoramiento de un equipo de 70 médicos y de distintos expertos, así como de los estudios clínicos a los que es sometido el individuo supuestamente curado por milagro.

Una primera aproximación al fenómeno denominado "milagro" la da el hecho de que se trate de la curación instantánea, perfecta, duradera e inexplicable científicamente, como la de una enfermedad incurable o muy difícil de curar.

Juan Pablo II fue el mayor "fabricante" de santos de la historia, ya que proclamó 482 santos y mil 338 beatos en 25 años de pontificado.