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Diciembre 3, 2009 > Al Bat

Sultanes, campeones el 43

Por Jesús Alberto Rubio* Karim García debutará ante los Mayos


El lunes pasado llegó Karim García y ya entrena en el “Héctor Espino”, por lo que deberá debutar en la próxima serie contra los Mayos de Navojoa, aquí en esta capital.

Con su arribo, la ofensiva de los Naranjeros está más que lista para la recta final de la temporada 2009-2010 buscando primero su clasificación a postemporada y luego ya sabe usted: luchar por el título 15 en la LMP y 19 de por vida desde aquellas Ligas de Sonora y luego Costa del Pacífico.

Ningún otro equipo en este beisbol, ni en México entero, ha ganado más banderines que la franquicia Naranjera.

¡Bienvenido, Karim!


1943: Monterrey campeón

El colega editor de www.diamantesport.com, Ricardo Velásquez Jr., desde Monterrey precisa datos históricos en relación a la columna de ayer “Pasquel y Torreón”:
 
“Enorme fue la obtención del primer campeonato para Monterrey por Lázaro Salazar en aquel lejano calendario de 1943, que hasta este siglo XXI todavía se escuchan ecos lamentando el hecho, como fantasmas (y no grises exactamente), como espíritus chocarreros que arrastran cadenas de dolor beisbolero y que muestra lo grandioso que es el beisbol, ya que a pesar del tiempo sigue dando de que hablar.

Efectivamente. Todavía hay quienes piensan que fueron robados por Jorge Pasquel, y que ellos se merecían el banderín de ese año, cuando los títulos se logran por los triunfos conseguidos en el torneo, basados en un reglamento y nunca en base a merecimientos.

Ese año fue una lucha principalmente entre tres equipos; Puebla, Torreón y Monterrey.

El 17 de julio, cuando Unión Laguna lideraba el standing a cinco juegos de distancia de sus perseguidores, hubo una junta de directivos por el tema de los alumbrados tan deficientes en los parques de pelota, en particular el Estadio Revolución de Torreón.

Se tomó la decisión que hasta que no mejorara la iluminación, no podría jugarse más de un juego nocturno por serie. También se acordó que ningún equipo podría tener a tres pitchers extranjeros, teniendo que dar de baja el equipo Torreón a uno de sus tres lanzadores; Dihigo, Manolo Fortes o Terry McDuffie.

Definitivamente, eso perjudicaba a Torreón, pero lo aceptaron, en ese momento no dijeron nada  y así siguieron jugando la temporada. (Si aceptas jugar a los volados lanzados con la mano derecha y pierdes, no puedes argumentar después de haber perdido que hubo trampa y que se lance con la izquierda)

En un partido en Torreón que ganó Terry Mc Duffie por pizarra de 5-0 al México, debido a la velocidad con que lanzaba, a lo descontrolado que era, a que no había protección para los bateadores bajo las tenues candilejas de los parques, le fue prohibido lanzar de noche.

Decisión que vista a la luz del siglo XXI resulta ridícula, pero en esos años no lo era tanto y así debió haber sido ya que Torreón lo aceptó en ese momento, no dijeron nada y así siguieron jugando la temporada y aceptando lo que Pasquel mandaba a su equipo.

Pero el 31 de julio Dihigo programó a Mc Duffie para lanzar por la noche, por lo que el equipo contrario, Puebla, protestó desde el inicio del juego. Martín armó una “revolución cubana” en el mismo parque, amenazando con regresarse hasta Cuba, y dejar acéfalo al team lagunero. El juego se llevó a cabo y ganó Torreón 5-4 un partido interrumpido de ocho entradas a causa de la lluvia.

La Liga Mexicana decretó nulo el juego y ordenó que se reprogramara al final de la temporada, cuando cerraban los Pericos en Torreón la campaña. Se jugarían cuatro encuentros, tres normales y el nulificado. Situación que el equipo de Torreón aceptó en ese momento, no dijeron nada y así siguieron jugando la temporada.

Así llegó el final de la campaña. El jueves siete de octubre iniciaban las últimas series; Monterrey recibía a Tampico en serie de tres juegos y Torreón hacía lo mismo con Puebla en serie de cuatro juegos, tres normales y el cuarto se reponía del nulificado de Mc Duffie.

Daniel Ríos triunfaba con pelota de cinco hits por blanqueada de 4-0 y Torreón vencía 9-1 a Puebla.

El viernes descansaba Monterrey y Torreón volvía a ganar, nuevamente Dihigo, con pizarra de 10-5.
 
Llegaba el sábado 9 con mal tiempo en la región norte del país,  con un tremendo frío en Monterrey y una gran entrada… los Industriales triunfaban 4-2, Vidal López superaba al “Cochihuila” Valenzuela y la distancia se acortaba, porque la lluvia cayó fuerte en Torreón y no se jugó el encuentro.

Era el domingo 10 de octubre de 1943, y llegaban a ese último día de competencia con un margen mínimo en el standing Torreón y Monterrey. Unión Laguna había programado doble cartelera en el Estadio de la Revolución con record de 51-36, mientras que a los Fantasmas Grises le restaba por jugar uno solo.

Monterrey ganaba por 7-3, pero había que esperar el resultado de Torreón.

En el Revolución iniciaban las acciones, pero en la segunda entrada se desató una tremenda tormenta que suspendió el juego y dejó en malas condiciones el terreno de juego para continuar con los dos encuentros.

La gente de Torreón reprogramó por su cuenta los juegos para el día siguiente, el que correspondería al último de la competencia y el nulificado, pero por reglamento y acuerdos previos, la temporada terminaba ese día y el equipo de Pericos así lo entendió. Regresó a Puebla.

El equipo lagunero protestó enérgicamente, argumentando que les faltaron dos juegos y en el mejor de los casos, Puebla perdía por default al no presentarse en el Revolución que estaba lleno a su máxima capacidad, por lo que entonces ellos serían los campeones automáticamente.

 Jorge Pasquel anunció que oficialmente la temporada se terminaba el día 10, no el 11 y si había llovido y no se habían celebrado los encuentros eran causas de fuerza mayor, por lo que el Monterrey, que si había jugado, era el campeón al triunfar en su último compromiso y quedar arriba del Torreón.

No aceptaron los laguneros esta decisión y sacaron a relucir, además del de Terry McDuffy, otro juego anulado por no usar la pelota oficial que establecían los reglamentos.  Detalles que no serían trascendentes si el standing no hubiese estado tan apretado.
 
La pregunta es ¿Por qué señalan que Pasquel no era nadie para decretar nada y nunca se quejaron cuando les mandó a Dihigo, al mismo McDuffy y a tantos estrellas que él pagaba de su bolsa… o de donde creen que venían los dólares para contratar a tanto superestrella?

Nunca hubo un complot para perjudicar ni a Torreón ni a nadie, en el reglamento no se contemplaba un final tan cerrado, ni las condiciones del clima, ni el quebrantamiento a los acuerdos (al usar lanzador y pelota no aprobados) y reglamentos que rigieron esa temporada, lógicos o no,  si siempre aceptados por Torreón hasta que acabó la temporada.

Hasta que finaliza y se decreta campeón a Monterrey vienen las protestas y las acciones, esas si caprichosas e infantiles (no haces lo que yo digo, me voy a Cuba, me retiro de la competencia).

No puede ser que todavía no quede claro que los acuerdos deben respetarse y si no les gustan no participen, pero desde que se decretó el acuerdo, al inicio de la temporada, no cuando ya todo pasó… porque eso si  mancha la imagen de una franquicia.

Ese campeonato de 1943 fue un torneo peleado en lo deportivo, lamentablemente aparecen argumentos parciales y no apegados al reglamento.

Esos fueron los acuerdos, Torreón aceptó, tanto dichos acuerdos, como la injerencia de Pasquel (no se puede silbar y tragar pinole, o sea “metete en mi equipo cuando apoyes, pero no te metas cuando decidas y en mi contra… menos”) y no es honesto reclamar esos dos juegos que se anularon por faltas al reglamento de parte de Unión Laguna, no por capricho…

Finalmente cabe aclarar que en la realidad Pasquel no se creía el dueño de la liga… simplemente lo era. Pero así eran las cosas en esas épocas post revolucionarias en que México trataba de establecerse a base del institucionalismo y el cacicazgo...ahora las cosas son un poco diferentes.

O ¿Usted que piensa?”.


beisrubio@gmail.com