Un insulto a los usuarios del transporte
Los sonorenses se despertaron con la desagradable noticia de que les subieron a 11.50 la tarifa del transporte público. 4.50 pesos de un solo golpe, así de manera obscena e insultante.
Lo decidieron 11 personas que conforman el Consejo Ciudadano del Transporte Público –y que no saben lo que es andar en camión, por supuesto– argumentando que lo que se busca es ofrecer un servicio de calidad.
¿Servicio de calidad como cuál? ¿Como el transporte público de las grandes ciudades, que además es barato y accesible? ¿O a qué se refieren estas personas?
En Hermosillo, Cajeme, Navojoa, Guaymas, Nogales y el resto de los municipios nunca se ha ofrecido un servicio de calidad por más subsidios que entregue el gobierno en turno a los concesionarios. Este año le está inyectando 200 millones de pesos al transporte público y no ha servido de mucho.
Ayer la gobernadora Claudia Pavlovich se subió a un camión de la Línea 16, en Hermosillo, y constató que no tenía aire acondicionado –por ley desde el 1 de mayo debiera tener– y que además llevaba las ventanas rotas y le faltaba un faro en frente. Se dio cuenta de que los millones que le inyecta su gobierno a las mejoras del transporte no se están invirtiendo.
Eso fue durante la mañana y coincidentemente por la tarde el Consejo “Ciudadano” del Transporte aprobó aumentarle 65% a la tarifa. Debo confesar que al principio me pareció una buena idea que la gobernadora se subiera a un camión y constatara por sí misma el pésimo servicio, pero al enterarme de este incremento me di cuenta de que se trató simplemente de un montaje político, pues desde que estaba esperando el camión ella ya sabía que más tarde se aprobaría el aumento tarifario.
Ahora tendrá que hacer una de estas tres cosas: decir que por el pésimo servicio que pudo constatar no se aplicará el incremento a 11.50 pesos; justificarlo, como lo hace el Consejo, argumentando mejoras en el servicio, o "interceder" por el usuario y autorizar un subsidio mayor para que el aumento a la tarifa quizá sólo quede en 10 pesos.
Hay solo un argumento muy válido para el aumento a la tarifa y es que el precio actual del diésel es muy elevado. Tienen toda la razón los concesionarios al exigir un cobro mayor a los usuarios; sin embargo, los demás argumentos no lo son, pues anualmente les llegan docenas y docenas de millones de pesos de parte del gobierno.
El Consejo dijo que se subía la tarifa del transporte público porque se compraron más unidades y porque se habían contratado más choferes y subió el costo de las refacciones. ¿Y qué hacen con el subsidio? ¿Lo guardan en sus cuentas bancarias personales?
Ahora, el aumento no sólo fue aprobado para el transporte adentro de las ciudades, sino para el transporte suburbano. De esta manera, los pasajeros que quieran ir de una ciudad a un pueblo cercano deberán pagar 18% más por un servicio eternamente terrible que se constata todos los días en el Valle del Yaqui, por ejemplo.
Me parece que muchos de los usuarios no están negados a un incremento, pues están conscientes de que desde 2011 están pagando 7 pesos; sin embargo, están en desacuerdo con que el aumento sea de 65% de un solo jalón. Es demasiado y las protestas serán inmediatas.
*El autor es un comunicador originario de Sonora, becario de la Fundación Prensa y Democracia. Estudió Escritura Creativa en la Universidad Complutense de Madrid. Ha sido reportero, editor y director en periódicos, radios y medios digitales. Twitter: @quintero_javier