Por Javier Quintero

 

Dentro de toda la gama de retrasos que tiene México, destaca la homofobia como parte de un gran problema social, pues hemos visto que en cada ciudad del país hay historias de agresiones verbales y físicas o asesinatos en contra de las personas que no son heterosexuales. 

 

Haga un ejercicio este día: recorra con la mente cada casa de la calle donde vive y encuentre al gay, a la lesbiana o al transexual. Ahora analice lo qué piensa de esa persona. ¿Ha sentido algún tipo de rechazo por él o ella? ¿En qué grado? ¿Mucho, poco? ¿Ha evitado tener contacto? ¿Se ha cruzado a la otra acera cuando esa persona viene frente a usted? ¿La ha insultado con la mente? ¿La ha insultado verbalmente? ¿Qué piensa exactamente de esa persona? ¿La respeta?

 

Esto le ayudará a comprender si la homofobia es parte de usted. Y está bien. Como persona tiene el derecho de pensar y sentir lo que quiera, pero permítame decirle que el problema que se deriva de la homofobia surge cuando por defender ese derecho se vulnera el de los demás o se transgreden las distintas formas del ser humano.

 

Por eso hoy quise hablarle de la homofobia como uno de los grandes retrasos en México.

 

El sábado, más de un millón de personas alzaron la voz en la Ciudad de México en la edición número 39 de la marcha del orgullo LGBTTI –lesbiana, gay, bisexual, transexual, transgénero e intersexual– para gritarle al mundo que ser diferentes a los heterosexuales también amerita respeto. La marcha fue además un grito colectivo de justicia para más de 1,300 personas que han sido asesinadas en México en los últimos 20 años, según datos de la Comisión Ciudadana contra los Crímenes de Odio por Homofobia.

 

Es preocupante que en nuestra época se mantenga arraigado el odio hacia personas que no embonan en la heteronormatividad. Es preocupante porque los prejuicios homofóbicos pueden reducir la esperanza de vida de los homosexuales hasta en 12 años, ya sea por agresiones, estigmas o estrés sicológico. De hecho, los trans –transexuales, transgénero o travesti– suelen ser más violentados en México.

 

¿A qué me refiero al decir que la homofobia representa un retraso para el país? Si bien la comunidad LGBTTI ha tenido progresos, por ejemplo en materia legislativa, permitiendo a las parejas contraer matrimonio o adoptar hijos, hay millones de personas que los condenan, los rechazan, les cierran las puertas y, en el peor de los casos, los agreden o los asesinan.

 

Quiero reforzar esta idea con los datos de la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, que revela que 70 de cada 100 personas creen que en México no se respetan los derechos a los homosexuales, mientras que 4 de cada 10 se oponen a convivir con personas gay en sus hogares.

 

Y quiero cerrar con esta frase que alguien llevaba en un cartel durante la marcha del sábado: “No hay heteros, no hay gays, no hay bisexuales, sólo personas que se enamoran de personas”.

 

Dedíquele un momento del día a analizar este tema. Podría sorprenderse.

 

 

*El autor es un comunicador originario de Sonora, becario de la Fundación Prensa y Democracia. Estudió Escritura Creativa en la Universidad Complutense de Madrid. Ha sido reportero, editor y director en periódicos, radios y medios digitales. Twitter: @quintero_javier