Campañas sucias en Sonora
Tenemos casi tres semanas que amanecemos cada lunes con una nueva campaña en contra de algún político en Sonora, ataques y reacciones de unos y otros.
El tema de los contrastes siempre ha existido y es común en los países democráticos. Es la competencia electoral, son los equilibrios políticos que aportan a la transparencia en el ejercicio del poder.
Sin embargo en el caso de Sonora, estamos viviendo un bombardeo previo al proceso electoral, más previo que en otras ocasiones y de forma más intensa.
Con todo esto estamos perdiendo la confianza del ciudadano.
El ciudadano tiene derecho a discernir, a conocer, a comparar, pero sin faltas de respeto; cuidando las formas y la intensidad. Es importante no caer en lo burdo y los excesos para mantener cierto nivel de seriedad.
También en política se deben cuidar las formas, aún en medio de la competencia más intensa porque hay algo más que números y votos; estamos jugando al filo de la navaja con la conciencia del ciudadano que sin duda, es mucho más inteligente de lo que a veces se le considera por algunos.
Habría que analizar con todo esto qué estamos viendo en nuestro estado ¿qué se va a lograr? ¿Hacia dónde vamos?
Vale la pena preguntarnos por un momento: ¿El ciudadano quiere seguir escuchando más cosas negativas que lleguen a su mente? Tiene tantos problemas en qué pensar y qué resolver como para sumarle más asuntos negativos?
Esto nos hace reflexionar porqué en la encuesta de Transparencia Ciudadana aparece la imagen del político como la más desprestigiada a la par con la de los policías.
Bueno, pues en estos momentos en Sonora seguimos abonándole a este desprestigio con esos folletos que nos dejan en las puertas de las casas un lunes sí y el otro también. Unos acusan, los otros responden.
Qué bueno que se ventilen ciertos temas, eso obliga a las autoridades a rendir cuentas, a que haya mayor transparencia en todos los colores y niveles de gobierno, pero ojalá esos asuntos se traten con el respeto y ante las instancias adecuadas y no sólo en medios de comunicación donde no se resuelve nada y sólo abonamos al cansancio mental del ciudadano.
Todo este proceso que estamos viviendo con tanta anticipación al 2015, puede llevar a un hartazgo social donde el ciudadano le dé la espalda a la participación electoral; ya lo hemos visto en anteriores ocasiones donde incluso el votante hace el esfuerzo de ir, hacer fila, pasar calor y todo para anular su voto con tal de manifestar un rechazo a este tipo de prácticas.
Hay una tendencia creciente del voto nulo del ciudadano como una forma de protesta, en al menos, los últimos cuatro procesos electorales. El 2003 fueron 14,911 los votos nulos; el 2006 se incrementó a más de 18,500; el 2009 y 2012 más de 29 mil.
El daño que queda pues es un ambiente de desesperanza y desprestigio, en vez de generar un círculo virtuoso que motive al ciudadano a trabajar de la mano con sus autoridades en una co-responsabilidad indispensable para alcanzar prosperidad, se está creando un contexto que desmotiva y cansa a la gente.
Al final se pierde la poca confianza que queda, se aleja al ciudadano de la participación. Una sociedad sin esperanza, sin motivos para crecer es lo que nos debe preocupar y mover.
En síntesis, con las campañas sucias nadie gana; al contrario, el ciudadano termina por cansarse y alejarse.
Agradezco sus comentarios y retroalimentación a través del correo electrónico davidfigueroa@me.com; y en redes sociales: Twitter @DavidFigueroao /Fb David Figueroa O.
Reseña: David Figueroa Ortega es empresario, Ex Cónsul de México en Los Ángeles y San José California; Ex Diputado Federal; Ex Alcalde de Agua Prieta; Ex Dirigente del PAN en Sonora, entre otros.