La ley del viejo oeste en Sonora
Los usos y costumbres de las tribus no importan, al menos para el gobernador del estado Guillermo Padrés, sus declaraciones en torno al tema de las ordenes de aprensión que tienen los indígenas Tomás Rojo y Mario Luna por supuesta privación de la lobertad de un ciudadano, van por que van.
Así, prepotente como ha sido Padrés desde que inició su gestión, impregnando en sus lacayos esa alta dosis de altanería y soberbia, en este caso al procurador Carlos Navarro Sugich, quien también alzó la voz para decir que la búsqueda de los líderes del movimiento no al novillo está en proceso.
Y es que de plano las decisiones de Padrés y compañía son temerarias, altamente peligrosas, la prepotencia es mala consejera, y rascarle los "tanates" al Léon que estaba medianamente tranquilo no es aconsejable, sin embargo, para el "Nuevo Sonora" lo correcto ya no existe, las tonterías son el pan nuestro del mesón padrecista.
Como dicen luego, ven la lluvia y no se tapan, y es que lo más lamentable es que las malas decisiones ya no sorprenden a nadie, es más, se han convertido en una constante que navega en aguas normales, una tras otra, pareciera que nadie lo ve, que nadie se percata en palacio de que los cimientos de su gobernabilidad se está haciendo añicos.
Increíblemente no hay decisiones aplaudibles en el "Nuevo Sonora", y hablo estrictamente del área de la política interna de la gestión panista, decisiones populistas y grupales sí, esas no escasean, pero la conciliación es una palabra quE simple y sencillamente no existe en el léxico padrecista. Lamentable.
Lo preocupantes es la intromisión en la vida interna de las etnias, su valemadrismo, poner su ley sobre la de ellos, basada en usos y costumbres que históricamente se han respetado, pero Padrés está empecinado en no respetar nada, es mandar a la chingada todo lo que no huela a intereses propios, y ese actuar sistemático es lo que está cavando su propia tumba política. No lo entienden.
Para el mandatario aplicar la ley es rebasar límites establecidos, violar derechos que el propio gobierno ha otorgado, su encomienda ha sido el enfrentamiento frontal, sin atajos, sin filtros, a lo que va, la mínima capacidad que ha mostrado su operador político Roberto Romero se nota, pleito, conflictos, divisiones, y, un sin números de arrabales decisiones que más allá de amalgamar, atizan la desprestigiada gestión de nuestro gobierno.
En estos días se habrá de saber el futuro del Acueducto Independencia, se cierra la llave, o sigue el trasvase, el entorno de esa decisión es peligrosa, tiene alta dosis de bemoles, en esa frontera, Padrés decide "trenzarse" con dos figuras de la etnia, del movimiento, los voceros, los líderes, nada recomendable, tomando en cuenta que las amenazas de bloquear nuevamente la carretera estaba en ciernes, con esta decisión gubernamental, las pasiones Yaquis seguramente se volverán a encender.
En ese contexto, y en la recta final del "Nuevo Sonora", la receta para mantener en el poder a Acción Nacional, se está ranciando, no la encontrarán, y lo más lamentable, es que todas las señales se les están dando, y no hay uno, uno sólo de ese grupúsculo padrecista que las identifique, no existe un sesudo que enmiende el camino.
Decían hace dos años que faltaba tiempo y que la percepción la cambiarían, que estaban por el camino correcto, al día de hoy, no sólo no han cambiado, si no que la situación ha empeorado.
Mire usted, la credibilidad de la gestión de Padrés la siguen arrastrando, sus bonos políticos tienden de un hilo, la confianza del sonorense se hizo añicos, su sonrisa cada vez se ve más fingida, vaya, hasta su excesiva confianza se nota falsa, ilógica, sin matiz, la administración del "Memo", está noqueada sobre piernas, y basta un diminuto polvaderón para derrumbarla, sólo eso.
La ley del "Nuevo Sonora", es inaudita, autoritaria, soberbia, altanera, pedante, su ley, es para desgraciar al que menos tiene y violar derechos étnicos, mientras que los asesinatos atroces y confesos son pasados por alto, ahí la ley no aplica, las diferencias están muy marcadas, es más, la protección de sus funcionarios estatales señalados por corrupción qué, no es igual?, vaya pues, la ley es la ley. Señor gobernador.
Listo...dios los bendiga, cuide y proteja
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